Ya no sabíamos qué hora del día era o si era de noche, la oscuridad se apoderaba de todo centímetro de luz, de esperanza...
Lo único que se podía sentir en el ambiente era la tensión que había entre morir y vivir que se podía cortar con un simple mo...
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Pov Merida:
Mi cuerpo presa del pánico, deje caer mi cuaderno sobre mis piernas y comencé arrastrarme hacía atrás con ayuda de mis muñecas. Mí respiración se cortaba y mí pulso parecía que iba a explotar en cuestión de segundos. Una brisa fría recorrió mí espina dorsal haciendo que mí sangre se helara y se me pusiera la piel de gallina.
—¿Q..Qué haces aquí?–Trataba de formular una pregunta aunque el aire se me escapaba a través de mis labios.
Me miraba con sus ojos casi negros y sonrió con burla ante mí reacción al verlo, disfrutaba ver que le temía, disfrutaba ver como mí cuerpo reaccionaba ante su presencia, se puso de pie y comenzó a caminar hacia mí hasta llegar casi sobre mí tomo uno de mis mechones y lo enrededo sobre su dedo índice. Mis ojos lo seguían y me costaba cada vez más respirar, trate de buscar mi varita pero no la veía por ningún lado.
Bruscamente tomo mi rostro apretandolo.
–Me...Me haces daño sueltame—Dije casi en una suplica.
—Me me—Me imito haciéndome burla—Te crees muy inteligente, creíste que te ibas a escapar—Me grito de muy cerca—Vas a ser..
Una tercera voz se hizo oír a nuestro alrededor.
—¡SECTUMSEMPRA!—Por inercia lleve ambos brazos hacia arriba con la intención de protegerme.
El cuerpo del joven cayó sobre el borde de las gradas para que luego terminara su cuerpo deslizándose hacia fuera de este, en su cuerpo comenzaron a aparecer una serie de agujeros dejando ver su sangre color carmesí, mi vista se levantó llena de terror, para revelar a mi salvador.
Mi cuerpo temblaba, mis manos se dirigieron al borde del abismo de la tribuna para no encontrar un cuerpo, mis ojos vieron hacia mí derecha para ver a la persona que me había salvado, sus ojos color marrón demostraban una clara preocupación y confusión. Su cuerpo se acercó a mí mientras llevaba una de mis manos temblorosas a mi boca.
-Mer, respira.-Graham Wood me había rescatado tal como en los cuentos donde el príncipe salva a la damisela en apuros, se puso de rodillas frente a mí mientras tomaba mí mano temblorosa.-Ya estás bien, ¿Necesitas que llame a alguien? ¿Quieres que busquemos a alguien?
Asentí nerviosamente con la cabeza ya que las palabras quedaban atascadas por el pánico y miedo que me recorría el cuerpo.-Q..Quiero a Remus y a mi hermana.-Dije temblorosamente, odiaba mostrarle a alguien lo frágil que podía a llegar a ser, agradecí internamente a Graham por no preguntarme quien era, con su ayuda me puse de pie, antes de avanzar el castaño tomó mis cosas del suelo y comenzamos a caminar hacia el castillo, mis piernas flaqueaban, mi brazo rodeaba la cintura de Graham mientras que su brazo abrazaba mis hombros.
Mi mente me traicionaba mostrandome los dolorosos recuerdos de mi infancias relacionados a él...él rechazo de mi madre, alejándome de Ry, me hicieron sentir un monstruo.