Dia 1. Primer encuentro

299 30 20
                                    

La cerámica y la alfarería, aquel arte de convertir la tierra en arcilla o barro para después transformarlo a la imaginación y los más grandes sueños del alma, introduciendo aquellas figuras en el horno como si pudieran tomar vida después de estar en las llamas abrazadoras del fogón.

Al menos así era como lo veía México a primera vista, formar con tus propias manos sus más grandes ilusiones.

En una casona de color rosa mexicano brillante con un portón azul eléctrico vivía México que desde muy chica se le había enseñado a manipular el barro. Si bien al principio costo uno que otro plato amorfo y vasijas huecas con practica y un poquito de suerte logro hacer cosas más grandes.

Con una mazorca de maíz levantaba la arcilla, un trozo de guaje para el raspado, cuero para el moldeado y un torno improvisado que antes era un balón de baloncesto ahora servía para trabajar.

El barro se había vuelto su forma de vida y todos los martes y jueves México, salía de su casa en San Marcos para ir a la ciudad de Oaxaca, en un costal guardaba todas sus artesanías, pensando en que vendería todas sus obras en el mercado a las personas.

Algo ambicioso de su parte, muchos consideraban que era algo ingenua o intentaban regatear sus obras sin embargo ella nunca cedía ante esto y no le quedaba de otra que regresar con la mayoría de sus artesanías a la casa.

Pero no todo era tristezas en su vida. Su puesto en el mercado siempre estaba frente a la del lugar y nunca faltaba un chico que siempre le compraba figuritas pequeñas de arcilla que ella fabricaba con los restos que quedaban. Era su cliente estrella ya que ningún día en los que trabajaba le quedaba mal.

No sabía mucho del chico, solo que era algo tímido ya que evitaba tener a veces contacto visual con ella, solo una vez pudo ver aquella mirada color café oscuro y justo cuando estaba por preguntarle su nombre fueron interrumpidos por la voz de un hombre ya más grande que llamaba a el chico.

Perú...

Por lo menos no se había quedado con la duda del nombre, en su recuerdo solo pudo venir la cara del chico algo asustado mientras le pagaba la figura rápidamente, le daba las gracias y se iba corriendo con el hombre para subirse en una camioneta y partir del lugar a quien sabe dónde.

Oía los murmullos de las personas en los puestos, sobre todo el de cierto grupo de tres señoras chismosas que se cuchicheaban cual víboras, hablando que ellos no eran de por aquí pero que exportaban cierto producto en la recaudería, el cual México no pudo escuchar por más que paro la oreja, supongo que eso solo era señal de que tendría que averiguarlo por su cuenta.

Se habría quedado a escuchar más, sin embargo, las tres señoras la vieron y se callaron de inmediato. Muy avergonzada México tuvo que acelerar su paso mientras se hacia la loca para poder llegar a casa y dar por concluido su día de trabajo.

Cómo todas las tardes México acomodo su puesto, mientras ponía los platos, ollas, algunas figuras

gigantes y otras más pequeñas en una manta en el suelo, esperando vender algo con éxito.

Mientras pintaba algunas figuras pequeñas, está vez si pasaron unas cuantas personas a

comprarle, incluso llegando a vender una figura del calendario azteca que le había tomado al

rededor de dos meses en finalizar. Le encantaba poner detalles.

Esto la hizo feliz después de todo hoy había si do un buen día de ventas para ella y podría comprar

algunas cosas para la casa. Aún con todo y su felicidad todo el día se la paso pensando en que

aquel chico no había venido a comprarle nada, era extraño considerando que siempre lo hacía,

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 07, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mexper compas y causas uwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora