-𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌𝐄

forty-six

Un poco de contenido SMUT ⚠️

POV'S LUCIE:

Me quedé allí, esperando que George volviera con una toalla.

Mi respiración acelerada finalmente se calmó y mi ritmo cardíaco se desaceleró lo suficiente como para relajarme por completo.

Sentía un dolor punzante entre mis muslos, y recorrió mis piernas hasta que no estuve segura de poder caminar. No estaba dispuesta a arriesgarme.

Mis mejillas ardieron, y enterré mi cara en mis manos. Fuera lo que fuera, la mejor parte fue la espontaneidad. Sin preparación, sin diligencia. Solo una cogida rápida que me dejó experimentando uno de los mejores orgasmos. Incluso mejores que las que me doy yo.

George volvió de el baño. Había una botella de agua, una toalla y toallitas húmedas en sus manos. Estaba medio desnudo, vestido solo con sus bóxers. Me reí y una sonrisa aturdida se dibujó en sus labios mientras dejaba todo excepto la toalla.

—¿Necesitas algo más?—preguntó, inclinándose para limpiarme. Negué con la cabeza. Después de que terminó, me giró sobre mi espalda y limpió entre mis piernas.

Lo hizo con cuidado, sabiendo que todavía estaba un poco adolorida. Suspiré, mirando al techo y sin moverme, incluso cuando George me dio un beso inesperado en mi clítoris. Sus labios estaban fríos, y me proporcionó un alivio que no sabía que quería.

Pasé mi mano por su suave cabello y él me miró. Por un momento estuve demasiado asombrada para decir algo. Él, entre mis muslos, tenía que ser la imagen más tentadora. Y aunque ambos habíamos terminado, la lujuria en sus ojos permaneció.

George me dio unos cuantos besos más, y luego sus ojos se cerraron y me di cuenta de que no había terminado. Su rostro adquirió una expresión de serenidad y una calma específica cuando abrió la boca y pasó la lengua por mi intimidad.

Era una sensación completamente diferente de cuando estaba dentro de mí. Fue calmante, suave y se deshizo de la picadura leve.

La tensión abandonó mi cuerpo y George acarició los costados de mis muslos de manera reconfortante. Fue menos intenso, pero tuvo el mismo efecto en mí cuando las corrientes de placer me atravesaron. Fue una bocanada de aire fresco, especialmente porque parecía que él también lo estaba disfrutando.

Pareció calmarlo a él también.

Planté mis pies planos sobre el colchón, abriendo más mis rodillas para él porque no quería que se detuviera. George se movió, poniéndose más cómodo. Su lengua se deslizó en mi agujero y contuve un gemido cuando lo empujó más profundo. Se tomó su tiempo, haciendo círculos con la punta de su lengua a través de mi coño con una constancia lenta.

—Tan deliciosa—murmuró, y tuve que contenerme para no tirar de él hacia mí para besarlo. Su cumplido me envió a través de otro estado de delirio.

George dejó escapar un suspiro, y fue uno de contenido. Comenzó a besar la parte interna de mi muslo, sobre mi cicatriz ya lo largo de mi piel antes de encontrar mi clítoris nuevamente. Fue cariñoso, de la forma más erótica posible.

Sus labios estaban lisos con mi excitación, y los lamió para limpiarlos. Abrió los ojos, fijándose en los míos y luego sonrió a través de su beso. A pesar de mi exterior tranquilo, mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. No por sus acciones, sino simplemente por la forma en que me miraba.

Sus ojos eran suaves y tiernos y sus caricias eran las mismas. Mordí mi labio, pasando mis dedos por su cabello.

Debido a mi sensibilidad, otro orgasmo se anudó en la boca del estómago. George no cambió de ritmo, manteniéndose en la misma velocidad y presión. Envolvió sus labios alrededor de mi clítoris, chupándolo un poco antes de pasar su lengua por él.