Disculpe, presidenta | Beigguang

✧..⃗. This is not going well...

Finalmente, después de mucho tiempo, Ningguang estaba dispuesta a darle algo a Beidou.

Algo que fue hecho por sus propias manos, no le gustaba mucho la idea de ocupar las cantidades exageradas de dinero que tenía, ella quería demostrar lo mucho que amaba a Beidou. Por lo tanto, la noche anterior se decidió por hacer unos dulces. Pará después dejarlos en una cajita envuelta en papel de regalo.

Se sentía muy feliz, ella misma decía que este era un avance, tanto para su relación con la castaña como para sus habilidades en cuanto a cocina nos referimos.

¿Que te tiene tan feliz Ningguang? - Pregunto Keqing mirando a la más alta con curiosidad, ella también sonriendo.

Veras Keqing... Beidou es muy buena conmigo, sabrás las cosas que me ha dado en todo este tiempo - Empezó a relatar con cierta nostalgia por los bonitos recuerdos - Entonces, decidí... Devolverle el favor.

La de cabellos morados se emocionó por esto, la razón de esto fue porque secretamente, Keqing piensa que ellas dos podrían ser una linda pareja.

Ay, esto es como una historia de amor que perfectamente podrian estar viendo unos adolescentes o jóvenes - Las dos rieron por este comentario.

Bueno, debo irme, tengo que dejar esto en un lugar seguro hasta que Beidou salga de su entrenamiento matutino - Se levantó de la mesa, despidiéndose de la contraria con una sonrisa.

En el pasillos, fue particularmente recibida por muchos saludos de partes de otros alumnos, le pareció curioso, pero pensó que esto era algo bueno, quien sabe, ¡Tal vez la buena suerte seguía con ella!.

Llego hasta su casillero, donde pensaba dejar el regalo.

Espero le gusten... - Susurro para si misma.

Oh, ¿Estar segura de eso? - Una voz externa le asustó, sin dejar que la caja cayera de sus manos.

Cuando se volteo, se encontró con la persona que menos quería ver en ese momento.

¿Sangonomiya? ¿Sucede algo? - Una de sus cejas se levanto, dejando obviamente la duda en el silencioso ambiente.

Nada, señorita presidenta - Se acercó de forma lenta a la peliblanca - Supongo que esos son para Beidou, ¿No?... ¿Sabes? Mejor ni respondas a lo que dije, de seguro lo son.

En un movimiento rápido, los arrebato con fuerza, mirando estos mismos, junto a una notita qué estaba encima de esta.

"Los hice con mucho cariño para ti, Beidou, espero podamos comer algunos juntas" - Leyó en voz alta, soltando una risa sarcástica al final - Linda letra, princesa.

Quiero dejarte algo en claro, ¿Estas de verdad segura que Beidou te va a querer como tanto dice? Existen muchas chicas más lindas por ahí, perfectamente ella podría estar coquetandole a otra en este instante - Le miro de mala forma - No tiene porque estar lidiando con alguien como tú, tan seria, tan apagada, no eres suficiente para ella.

Tiro la caja al suelo, y con su pierna hizo lo que menos quería la peliblanca, la piso, con mucha fuerza. El estruendo fue tan fuerte que la más alta salto en su lugar, cayendo de rodillas.

No hagas eso... Detente... ¿Porque tenía que ser todo esto así? - Pensó aguantando el llanto, Kokomi se había ido, no sin antes patear la caja cerca de la contraria.

Ningguang se sentía dolida, todo su esfuerzo de la noche parecía ser solo una simple estupidez, y las palabras de la ojiazul no servían en su difícilmente conseguida alta autoestima. Siempre fue muy insegura, con el tiempo trato de mejorar este aspecto de si misma.

Sangonomiya decía las cosas de forma clara y muy, muy directa. Y ahora le rondaba la duda, ¿Enserio debía estar tan convencida? ¿Y si Beidou tan sólo seguía cortejandola para no herir su ego?

Al estar completamente sola, las lágrimas ya no fueron retenidas, estas bajaron chocando contra la caja destruida a sus pies. Juraba que quería desaparecer en ese momento.

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Beidou se sentía extraña, su querida presidenta no había aparecido en lo que iba de la mañana. Era raro porque Ningguang tenía una asistencia a clases qué se envidiaba.

¿Sucede algo Beidou? - Su compañera Rosaria pregunto, recibiendo una negación rápida por parte de la castaña - Bien, porque la maestra va a pasar buscando las tareas.

Espera, ¿Teníamos tarea? - La de cabello magenta le asintió, haciendo que la ojirubi se alertara - Mierda, lo olvide.

La bajita risa de Rosaria la contagio, por el momento quería pensar que Ningguang se encontraba un poco ocupada, más tarde la trataría de buscar en el receso.

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ando para la cagada, pero me sirve para escribir mejor todo esto, supongo.

tengo grandes planes para kokomi, pero se tendrá que esperar.