ANTES DE SEGUIR, QUIERO AVISAR QUE EN ESTE EPISODIO SE HAN ESCRITO FUERTES ESCENAS SEXUALES DE ALTO CALIBRE, FETICHE INCLUÍDO, AVISADO/A QUEDAS
Tenemos más que la propia voluntad para excedernos con nuestros objetivos, somos los primeros en vernos al espejo y pensar: ¿podría haber hecho algo más? Sigo pensando en todo aquello que Zoila me dijo, por momentos sus palabras me llegan como chasquidos de dedos a la cabeza. Esa noche estuve muy ocupado pensando en lo de Hollows y yo como para darme cuenta de la gravedad del asunto que se cernía sobre todos nosotros. He sido muy egoísta todo este tiempo, desde el momento que descubrí la identidad de aquellos que nos acechan desde las sombras he tratado de vivirlo como un lunes más, una simple maquinaria de la mala fortuna que me tocaba aguantar, pero ahora me doy cuenta que el mundo entero ha cambiado para todos, y para siempre... quizás sea mejor admitir que el mundo había cambiado mucho más antes de que yo hubiese dado mi primer respiro. Y una vez más, estaba apunto de cambiar otra vez, siempre y cuando la persona detrás de todo lo ocurrido se saliera con la suya.
—Hollows... —le dije, llamando su atención al sentir sus manos grandes recorriendo mi espalda.
Desde la mascarada no hablamos mucho de nuestro encontronazo con el líder de El Consejo. Habían pasado semanas y tampoco teníamos noticia alguna de Zoila, lo cual agradezco. Recuerdo la cara de Hollows al contarle sobre la intrusión de Zoila en mi dormitorio, podría habérsela enmarcado en yeso para usarla de gárgola. Todo este tiempo lo hemos aprovechado para investigar acerca de los parásitos, Hollows cree poder ser capaz de sintetizar alguna especie de gas para acabar con los nidos de estas criaturas, una bombona con un gas así podría limpiar alcantarillados enteros y reducir las infecciones en el gueto.
—¿Qué ves con esos ojos grises tan grandes? —respondió Hollows mientras me agarraba de la cintura y me rodeaba con su palpitante cuerpo.
Levanté mi vista del microscopio e intenté observar su rostro, pero su torso no me lo permitía.
—Fibras carnosas de tus parásitos favoritos, nada más —le contesté tratando de mantener la compostura y concentración en mi trabajo.
—Que romántico, no sabía que el genio de mi ayudante fuera tan pecantemente versado en el fino arte del carisma —volvió a interrumpir el labrador, esta vez atrayendo su agarre a un punto más privado de las curvas de mi cuerpo y susurrando sus palabras estratégicamente con su hocico bien cerca de mis orejas.
—Sabes perfectamente que soy algo más que tu "ayudante" —le recordé, con un tono despreocupado—, recuerda lo que dicen de nosotros por ahí.
Hollows suspiró con cansancio.
—No me lo recuerdes, todos hablan sobre nosotros como si fuésemos los primeros en tener algo así... —dijo Hollows, sorprendentemente sonrojado.
Le eché una mirada rápida, curioso por lo que acababa de decir.
—¿Algo así? —le pregunté, repitiendo sus palabras.
Hollows siguió acariciándome como si no hubiese pasado nada, parecía aprovechar muy bien nuestro momento de privacidad en medio del invernadero.
—Somos algo, ¿no? —dijo Hollows, seguido de un pequeño beso en mi mejilla.
—El hecho de que me lo preguntes ofende —contesté, dándome la vuelta y enfrentándome con él cara a cara—, perro bobo —le dije, dando un pequeño golpe a su nariz negra.
Hollows rió con dulzura, desde que dejamos todo claro entre nosotros de una vez y por todas había empezado a comportarse con más suavidad de lo habitual, acompañado algunas veces con sus brotes de rarezas, claro está. Debo admitir que no es el mejor momento para comportarse así, pero con todo lo que está pasando uno no puede evitar encontrar la paz y tranquilidad en la ignorancia y los ratos como este; sí, el mundo puede acabar mañana para todos, pero no dejaré que eso me impida disfrutar de momentos así, que tanto añoraba en mi vida. Aunque si me pongo a pensarlo de verdad, es raro encontrar sentimientos pasados que se asemejen a lo que estas semanas he sentido con Hollows. He sentido el calor de mi familia, el consuelo de mis amigos, el fulgor de la justicia bien servida... pero nunca la descolocada pasión del deseo y el amor. Si soy alguien en quien se deba confiar para el mañana, que se sepa que malas cosas vendrán a causa de los pocos límites que tienen mis sentimientos, soy alguien, para bien o para mal, que aún experimenta con lo bueno de la vida, y por muy egoísta que puedan ser mis deseos no quiero dejarlo ir, no quiero dejar ir a todo lo que conseguido, menos a todo lo que mis seres queridos me han otorgado. Llevó un cuarto de mi vida vivida, y por fin vuelvo a sentirme feliz, sin importar los peligros que me rodean y el daño que me han hecho, no estoy preparado para dejarlo ir.
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La Calle De Las Cortinas de Humo
Mystery / ThrillerEn una sociedad, donde la separación de especies está a la orden del día, uno nunca puede confiar en él que tiene al lado. En Janet's Harbour, capital de uno de los imperios mas grandes del continente leudante, una sociedad eclesiástica que separan...