Desde aquel encuentro indigno con Zoila he estado pensando mucho en mi relación con Hollows. Desde por la mañana todo pareció tranquilizarse entre nosotros, diría incluso que llegamos a cierta confianza con nuestra privacidad ¿Pero que digo? ¡si incluso traté de tener relaciones con él en mi dormitorio! No sé a dónde iría a parar nuestra extraña y melodiosa sinfonía de vienes-y-van, pero creo que se avecinan cambios en la relación, cambios muy radicales.
Lamentablemente, no todo puede ser un camino de rosas siempre. Zoila había conllevado una gran teoría no tan conspiranoica que levantó mis sospechas con todo acerca de lo que pasa en esta ciudad. Ahora mismo hay en la hacienda grupos repletos de netópyres charlando y observando nuestras propias habitaciones, con tanto jaleo no me extrañaría que alguna de esas víboras se escondiera en nuestro laboratorio y hagan correr la voz de nuestras investigaciones y descubrimientos a cualquier mandamás de su grupito de chupasangres. Puede que sea arriesgado, pero no me queda otra, tengo que avisar a Hollows y contarle todo. Así que puesto a enfrentarme a sus invitados, me vestí con una camisa blanca de botones y unos pantalones de vestir negros, lo más simple pero elegante posible.
—Nada supera el clásico blanco y negro —me dije a mi mismo, observando mi esbelta figura vestida postrada en el espejo.
Tras abrir la puerta de mi habitación con cuidado de no alertar a cualquier posible invitado perdido, y ver que nadie se encontraba por los pasillos, me dispuse a salir con rapidez y patas ligeras. Por suerte, al alfombra de los pasillos me ayudó a enmascarar el sonido de mis pisadas. Cuando llegué a las escaleras del vestíbulo, vi a Derek sentado en una silla al lado de la puerta, al parecer estaba vigilando la entrada y salida de invitados.
—Derek —susurré su nombre desde escaleras arriba.
Derek subió la vista y me observó con sorpresa.
—¡Hey! No puedes estar aquí... —dijo, susurrando con fuerza mientras subía las escaleras apurado para agarrarme.
Me aparté un poco, al ver sus intenciones de devolverme a la habitación de nuevo.
—¡Espera! —le dije, implorando que me escuchase— Derek, esto es serio... Necesito que avises a Hollows sobre algo.
Derek se detuvo y me escuchó, parecía incrédulo ante lo que yo le estaba contado. No iba a llegar a ninguna parte con él así.
—Para, para, para... —dijo Derek—. Si quieres que hable con Hollows tendrás que esperar, y no creas que me vas a engañar con esa historia, no he visto a nadie así en toda la noche, tampoco olido.
Derek me agarró con delicadeza y comenzó a llevarme de nuevo a la habitación.
—Derek, para de tratarme como una muñeca de trapo, no soy un mentiroso... —le dije, alzando mi voz —¡Te digo la verdad!
—No grites, Hollows vendrá después, cuando acabe la fiesta; no puede dejar a los invitados solos —me dijo.
Traté de hablarle, pero me devolvió a la habitación un poco molesto. Cerró la puerta con fuerza y oí cómo pasó una llave por la cerradura de afuera, el muy cabrón me había encerrado. No entiendo porque se había puesto tan bruto conmigo, nunca había visto esta faceta suya.
—¡Derek al final lo vas a lamentar! —le grité, esperando que me oyera.
Pero no tuve respuesta, al menos no una respuesta que pudiese oír. Después de esto me las tendría que arreglar para salir de aquí como fuera, no puedo dejar que Hollows tenga a esa gente merodeando por los pasillos. La puerta parecía estar sellada a cal y canto, más la madera utilizada para fabricarla era de una calidad excepcional, dura como el mármol; tumbarla abajo queda fuera de mis posibilidades. La única salida, por mucho que no quiera pensar en ello, era a través de la ventana de mi dormitorio, por suerte toda la hacienda estaba rodeada de una moldura decorativa exterior a la misma altura que las ventanas del segundo piso, son estrechas pero seguro que soportan mi peso con facilidad.
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La Calle De Las Cortinas de Humo
Mystery / ThrillerEn una sociedad, donde la separación de especies está a la orden del día, uno nunca puede confiar en él que tiene al lado. En Janet's Harbour, capital de uno de los imperios mas grandes del continente leudante, una sociedad eclesiástica que separan...