Another chance- wenclair

Capitulo tres

Corrió atreves del bosque sin importar sus heridas sangrando, seguía a Dedos el cual corría demasiado rápido. Sentía su respiración demasiado rápida, sentía sus piernas cansarse, pero eso no importaba, debía llegar donde Enid.

- ¡Enid!- exclamo viendo el cuerpo de la rubia en el suelo- dios Enid...

Tomo el cuerpo de su rubia en brazos, su cara estaba con una enorme herida de garra, su cuerpo lucia tan indefenso y eso la estaba matando.

- Tranquila, respira, todo estará bien- susurro empezando a sentir lagrimas amenazar por salir.

- Mer...- susurro la rubia, esta empezaba a cerrar los ojos.

- No por favor, no me hagas esto- llevo el cuerpo a su pecho y entrelazo su mano con la de Enid- quédate conmigo, por favor- sentía el nudo en su garganta- solo no me dejes Enid, no me hagas esto.

Apretó con mas fuerza el agarre de sus manos.

- ¡Donde están los médicos!- exclamo desesperada mirando a dedos- Enid por favor, resiste.

- Te... amo...- susurro la rubia parpadeando cada vez mas lento.

Merlina sintió a Enid soltar su mano y se rompió.

- ¡No!- exclamo- ¡Enid, no!- beso el rostro ensangrentado de la chica esperando que esta reaccionara.

Los ojos de Enid estaban cerrados, su cuerpo no tenia pulso, sus manos dejaron de estar entrelazadas.

Merlina dejo un débil beso en los labios de Enid.

- Perdóname. Por favor dame otra oportunidad.

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Merlina despertó atarantada, sentía su respiración irregular, su pijama estaba pegada a su cuerpo gracias al sudor que soltó mientras dormía (algo que no era de su agrado).

Antes de la muerte de Enid; Merlina casi no soñaba y cuando lo hacia eran pesadillas disfrutables, pero luego de su muerte sus pesadillas se hicieron su propia maldición. Ahí entro: el alcohol, la falta de sueño y la culpa a su vida.

Tallo sus ojos intentando quitar el susto, miro su reloj de noche y este marcaba las cuatro de la mañana. Soltó un suspiro pesado, se recostó en su cama y intento volver a dormir, pero no lo logro. Se rindió con su intento de dormir y se dirigió a la ducha a despejarse.

Le encantaría tocar el chelo pero sabia que Enid odiaba ser despertada tan temprano.

Cuando salió de ducharse escucho unos ligeros golpeteos- los cuales intentaban ser silenciosos- por los pasillos que se acercaban a su habitación.

"Me sorprende que Dedos pensara que nunca me daría cuenta que me observaba"

Se acerco a su escritorio para sacar su libro de lectura pero una visión la invadió.

Merlina- jadeo la rubia.

La visión mostro el cuello de Enid siendo besado por ella. La rubia estaba sentada en su escritorio mientras sus piernas rodeaban su cintura. Podía observar como llevaba su mano borde de la falda de Enid.

- Cara mia-susurro.

Volvió a la realidad algo confundida y excitada.

Sin duda era una rara mañana.

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Unas horas después, Merlina escucho la alarma de Enid, esta se levanto hasta el tercer timbre, las alarmas de Enid por suerte eran normales y no canciones como ha escuchado que hacen los adolescentes.