la abuela

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Tocaron la puerta, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Se puede? - preguntó Ryan.

- Adelante - respondí y se sentó frente a mí.

- Sabes... lo he pensado y... bueno, todos estamos de acuerdo en que quizás sería buena idea que abandones el caso y vuelvas a México a encargarte de otros temas. Creo que podría ser un tema demasiado fuerte para ti - dijo y sonreí incrédula.

- ¿Y los asesinatos se resolverán solos? Claro que no. No puedo dejar el caso cuando estamos tan cerca de ver la luz - dije seria.

- Es que no es porque dudemos de tus capacidades. Eres una de las mejores criminólogas de nuestro departamento y del país. Pero... te veo afectada por todo esto, y bueno... lo demás no importa - dijo y negué.

- No entiendo por qué insistes. Si sólo venías a eso, puedes retirarte - solté y lo escuché suspirar.

- Fuimos a varios sitios y logramos rescatar esto - dijo y puso un sobre en mi mesa. Lo tomé y abrí.

- Estado: sin reconocer, se presume que es una niña pequeña. Causa de la muerte: inanición. La pequeña tenía marcas de tortura, moratones y heridas que no terminaron de sanar. También se cree que fue privada de la libertad al tener marcas de soga en las muñecas y una herida abierta en una - leí y miré a Ryan.

- Esto podría tratarse de la pequeña de la familia... la niña de la que hablaba Fumiko. ¿Llevaste la sangre a analizar? - pregunté.

- Así es, recuperé una prueba antigua de la pequeña víctima. También me llevé de ima para hacer pruebas a todo. Estos son los exámenes - dijo y me entregó otro sobre. Lo abrí.

- Prueba de sangre, 99% de compatibilidad... sí - dije y miré a Ryan.

- Es Hitomi Nakamura... ¿y la sangre del sótano y el espejo? - pregunté y me entregó otro sobre.

- La sangre del espejo no fue identificada... y la del sótano pertenecía a Fumiko - lo miré.

- Gran trabajo, puedes retirarte - dije mirando los sobres y ordenándolos.

- Una cosa más, hemos capturado a la familia. Están en su celda y puedes ir en cualquier momento a interrogarlos. Me retiro - dijo y salió de mi oficina. Me quedé pensativa por un momento. El sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos y lo tomé. Respondí.

- ¿Hola? - dije un poco aterrada.

- Hija, perdona que te llame en horas de trabajo, pero quería hablar contigo - escuché su voz y solté el aire contenido.

- No pasa nada abuela, ¿estás bien? - pregunté preocupada.

- Sí cariño, solo que quería hablar de algo contigo, si no estás ocupada - respondió.

- Para ti nunca abuela - dije y sonreí, aunque no pudiera verme.

- Hija, no sé cómo lo vayas a tomar, pero es que me gustaría que dejes ese caso. Quisiera que te regreses, puedes tomar cualquier otro y no pasa nada - dijo y suspiré.

- Abue, sabes que te amo. Pero, ¿cómo puedes pedirme que deje un trabajo a medio hacer? Sabes que vivo por mi trabajo - dije.

- Exacto mi vida, vives por él... y eso es lo que me preocupa. Tengo un muy mal presentimiento. Escucha a tu abuela y vuelve - dijo.

- Te amo abue, chau - dije y colgué. Suspiré.

- ¿Por qué de pronto todos se pusieron en contra de que haga mi trabajo? - susurré.

                     FLASHBACK...

- ¿A dónde dijiste que irás? - preguntó la abuela.

- A Japón, hay un caso en Tokio que toca resolver - respondí haciendo mi maleta.

- No, no vas a ir hasta Tokio - dijo sacando las cosas de mi maleta. Reí.

- Abue hermosa, te amo, pero es mi trabajo y es una gran oportunidad - dije y la abracé.

- Está bien... te dejaré ir, pero prométeme que vas a cuidarte y regresarás con vida - dijo y suspiré.

- Abue, sólo me iré hasta que lo resolvamos, volveré - dije.

- Prométeme que regresarás con vida - dijo y suspiré.

- Te lo prometo, regresaré con vida. Ahora, ¿puedo terminar mi maleta? - pregunté sonriendo.

- Está bien, termínala - dijo.

                   Fin del flashback.

Ay abue... ¿por qué cuando te conté a qué lugar venía te resististe? Cuando supiste del caso me rogaste que volviera... y ahora todos insisten, ¿qué me están ocultando?

suspiré y me levanté para caminar hacia las celdas.

¿QUÉ LE SUCEDIÓ A IMA? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora