confesiones

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  - Después de una larga investigación, me topé con dos casos sin resolver que involucran a todos ustedes... sobre todo a usted, señora - dije y la mujer evitó mi mirada.

- Hace años se reportó la desaparición de Hitomi Nakamura, sólo una pequeña niña. Fumiko, antes de morir, mencionó que ustedes mintieron a la policía, lo que es igual a crimen y lo sabe. Así que será mejor para usted confesar ahora - dije mirándola a los ojos.

- No sé de qué hablan, no pueden probar nada - dijo a la defensiva. Sonreí.

- Encontramos el cuerpo de Hitomi. La causa de la muerte fue inanición. Ustedes torturaban a esa pequeña hasta que la dejaron morir y después se fueron dejándola ahí en el olvido. Y no sólo tengo esa información. No saldrá de aquí, así que no tenga prisa. Será mejor que confiese ahora - dije seria.

- Está bien... ¡de acuerdo! Hitomi era una niña muy hiperactiva, siempre estaba molestando, rompía cosas y se la pasaba gritando. ¿Qué quería que hiciera? Tenía que castigarla - dijo y negué.

- No con métodos tan crueles - dije.

- Da igual, lo hecho, hecho está. Su papá le pegaba y si no hacía caso, la llevábamos al sótano y ahí la amarrábamos sin comer por días. En uno de esos... cuando bajé a sacarla de ahí, la encontré muerta. Esa niña era una escoria, no merecía vivir. No me arrepiento de nada -  dijo y suspiré.

- ¿Y qué tiene para decir acerca de Mako Tanaka? Supe que ustedes encubrieron su muerte - dije.

- Fue mi hija, Ima. Era una malagradecida. A su corta edad ya tenía un prometido. Ella lo asesinó a sangre fría. Mi Mako era un hombre ejemplar - dijo.

- Si usted sabía que ella lo asesinó, y era tan ejemplar, ¿por qué no fue a la policía y denunció? - pregunté.

- Somos Nakamura, una familia muy importante. No iba a permitir que la gente supiera la escoria que tenía en casa y le llamaba hija. A decir verdad, me alegra que se haya muerto. Ahora que usted sabe, no tengo que fingir más - dijo con una sonrisa sombría.

- Eso es todo - salí del cuarto.

- Confesó. Ordena que la lleven a la celda aparte de todos - dije y Ryan asintió.

- De acuerdo, ¿pasarás a los demás también? - preguntó.

- No, con la confesión de la mujer es suficiente. Pasará el resto de su vida en prisión - dije y suspiré.

- Iré a pedir que se acate tu orden. Te veo en tu oficina, tengo algo que contarte - dijo y lo vi irse. Caminé a mi oficina y me senté.

Unos minutos después, Ryan entró por la puerta y se sentó frente a mí con un folder en mano.

- Con el boceto que me entregaste, logramos dar con una persona a través de la base de datos - dijo y puso una fotografía en mi escritorio.

- ¿Es él? - pregunté y miré la fotografía.

- ¡Sí! ¡Genial! Dimos con él, este es el hombre que vi en la casa cuando entré a investigar - dije y él negó.

- No Ana... él no... - dijo y lo miré confundida.

- ¿El no qué? No entiendo - respondí.

- Él no puede ser, no hay manera de que haya estado en la casa ese día - dijo.

- ¡Ryan, yo lo vi! Llévame donde está, tenemos que interrogarlo. Me parece muy sospechoso y... - dije, y él me interrumpió.

- Ana, ese hombre murió hace dos años - soltó.

- ¿Qué? - sólo atiné a decir.

- Aquí está el acta de defunción - dijo y la puso frente a mí.

- Murió por una puñalada en el pecho, fue el novio de Ima - dijo y miré el acta para luego mirarlo a él.

- ¿Me estás jodiendo, no? - dije y él negó.

- Ese hombre es Mako Tanaka - respondió.

¿QUÉ LE SUCEDIÓ A IMA? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora