La puerta se abrió de golpe y ella se sobresaltó. Se dio la vuelta y se acercó a la puerta que estaba intacta.
- ¿Mako? - susurró temblando. Al darse la vuelta, pegó un grito y corrió escaleras arriba. Volteé a ver lo que la había asustado, pero no había nada.
Cuando escuché que volvió a gritar, volteé a la escalera y vi cómo se quedó paralizada. Frente a ella estaba Mako con un martillo en mano.
- No... no... no... ¡Yo te maté!, ¡tú estás muerto!, ¡ya déjame descansar!, ¡por favor! - gritó llorando, y Mako se desvaneció. Ella lo buscó con la mirada desesperada.
- Así que esto es lo que pasó... Querías que lo viera, ¿no? Ima - dije y suspiré.
- Necesito aire fresco - dijo y comenzó a subir. La seguí hasta llegar al techo. Se detuvo y recibió un golpe seco con un martillo por Mako, un hombre mayor de 52 años. ¿Qué hacía un hombre de esa edad con una chica de 19?
Ima cayó al suelo, pero no había restos de sangre en el piso. Todo era interno.
- Nunca te librarás de mí, perra - dijo aquel hombre y la levantó, llevándola a la orilla donde de una manera inhumana rompió su cuello y la dejó caer del techo. El alma de Mako se desvaneció y los gritos comenzaron a escucharse en la calle.
Abrí los ojos y vi a Ima. Me soltó.
- Te libero, Ima. Ve a la luz - dije, y ella me sonrió. Una luz muy fuerte se hizo presente en ella y desapareció.
Sonreí cuando escuché martillazos en la parte de arriba. Reaccioné.
- El ente que queda es él... - dije y corrí a sacar un papel limpio. Tomé la tinta y a toda prisa escribí su nombre: Mako Tanaka, letra por letra. Enrollé su nombre en el incienso junto con otro talismán y lo encendí.
- Muere - dijo una voz, y al levantar la vista, Mako se lanzó contra mí. Aproveché ese momento y le clavé el incienso mientras este se consumía y su mirada se apagaba. Mis ojos se nublaron y el dolor de cabeza comenzó.
Al abrir los ojos, escuché un grito:
- ¡Mataste a una pobre mujer! No dejaré que me mates a mí también. Estoy harta de que siempre me maltrates. ¡Vete de aquí y no vuelvas o llamaré a la policía! - gritó Ima, y Mako comenzó a reír. La tomó de la cara con fuerza.
- Escucha, perrita. Aquí se hace lo que yo digo porque soy el hombre de la casa. Obedéceme o voy a golpearte hasta matarte, ¿me oíste? - la amenazó y la soltó.
- Me das asco - dijo entre dientes y le escupió.
- Igual no te queda de otra que ser mía - dijo acorralándola a la pared.
- La gran cantidad de dinero que pagué por ti valió la pena - dijo oliendo su cuello.
- Sueltame... Mi familia podría aceptar ese dinero por venderme, pero ¡yo no voy a aceptar un pago por mi cuerpo! - gritó, y el hombre le pegó en la cara haciéndola sangrar.
- ¿La vendieron?... ¿Por qué no me sorprende? - susurré para mí misma.
- ¡Si no harás lo que yo digo, entonces morirás! - gritó, y se dio la vuelta para tomar su martillo, y en eso, Ima aprovechó para tomar el cuchillo. Cuando este se dio la vuelta, ella lo apuñaló.
- ¿Qué hiciste?... - dijo y cayó al piso mientras se desangraba.
- Yo no quería... Yo no quería... - susurró temblando y soltó el cuchillo. Se dejó caer en el piso y jaló su cabello. Comenzó a gritar. Volví en mí y observé al tipo desvanecerse para después terminar en el piso hecho ceniza.
- Lo hice... Lo logré... - sonreí con lágrimas en los ojos cuando escuché el crujir de las escaleras.
- Pero... - susurré, grité y me cubrí la cabeza ya que varias cosas comenzaron a ser lanzadas por todas partes. Una foto cayó frente a mí, la tomé.
- Es la mujer de la visión del comienzo... y Mako... - Levanté la vista y vi a la mujer levantarse y caer al piso una y otra vez, mientras sus extremidades se dislocaban y acomodaban una y otra vez mientras intentaba arrastrarse por las escaleras. Grité aterrada y corrí lejos de la casa.
Entré a la iglesia más cercana y cerré las puertas. Algo comenzó a lanzarse contra la puerta una y otra vez.
- No resistirá mucho tiempo... ¡Pero quién carajos es esa mujer! ¡¿Por qué me quiere a mí?! - susurré casi a gritos y temblando. Saqué mi celular de la bolsa, marqué el número de mi abuela y la llamé.
- Hija... ¿Por qué llamas a estas horas? Son las 3 de la madrugada... Espera... ¿Por qué estás llorando? - preguntó y me armé de valor para hablar ya que no había mucho tiempo y la puerta estaba a punto de ser derribada.
- ¡¿Quién carajos es esa mujer?! ¿Por qué estás en las fotos de esa familia? ¡¡¿Por qué estoy yo ahí?!! - grité.
- Hija... No quería que te enteraras así... Perdóname, quería ahorrarte el dolor - respondió.
- ¡¡¿Enterarme de qué, abuela?!! ¡Esa cosa me está siguiendo, me va a matar! - sollozé.
- ¡Te dije que volvieras... pero no me escuchaste! - gritó mientras lloraba de igual forma que yo.
- ¡No cambies de tema y explícame qué está pasando! - dije exigiéndole que hablara.
- Esa mujer es tu madre - soltó y el teléfono resbaló de mis manos.
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¿QUÉ LE SUCEDIÓ A IMA?
Horror¿Estás listo para adentrarte en una investigación escalofriante? Únete a Ana, una criminóloga de México, mientras investiga el extraño caso de la muerte de Ima, una estudiante japonesa de tan solo 19 años. La familia está destrozada por la repentina...