18- La boda

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Levi se observó frente al gran espejo tras ducharse por algunos minutos. La mentira había llegado demasiado lejos y él se sentía especialmente confundido, aunque no arrepentido.

Sí, juzgó con bastante prejuicio a Hanji desde el inicio. Llegó a pensar que una mujer como ella jamás lograría seducirlo y cautivarlo, pero se equivocó.

Ni siquiera sabía si en realidad se llegaría sentir atraído por otras mujeres en algún futuro, pero sí sabía que le gustaba bastante esa mujer ruidosa.

Y la prueba de eso era tenerla desnuda sobre su cama junto a Zeke.

De solo recordarlo, Levi sentía que se estaba poniendo duro otra vez. No pudo evitar gruñir con frustración. Al final de cuentas, todas sus decisiones fueron las que lo llevaron hasta ese momento.

Hanji fingió estar dormida para cuando Levi regresó del baño y caminó por su habitación. El lugar era un desastre de ropa por todas partes y ella se maldijo para sí misma por no haberse marchado de ahí cuando tuvo la oportunidad.

Momentos más tarde, Hanji sintió como su cuerpo desnudo era cubierto con una suave manta y para sorpresa de ella, recibió un tibio beso en su mejilla antes de que Levi saliera de la habitación con rumbo desconocido. Hanji abrió un ojo a la vez y alzó su nuca para corroborar que Levi se había marchado de ahí, donde solo pudo ver a Zeke dormido muy sereno con una respiración pausada y silenciosa, estando cubierto también con una manta. Esa imagen se le hizo tierna a Hanji por alguna razón.

Pero era otro el motivo que la hizo despertar inquieta. Aún podía recordar la forma bestial en que esos dos la hicieron suya, pero su mente seguía divagando en el por qué Levi guardaría un teléfono visiblemente roto.

Hanji salió en puntillas de la cama y corroboró que Zeke estuviera en verdad dormido. La idea de que Levi podría regresar en cualquier momento hizo latir su corazón y con dedos temblorosos se acercó hasta la mesa de noche, abriendo al fin la gaveta.

Con los nervios de punta, inspeccionó de cerca sin tocar nada. Era una mala suerte no tener su móvil ahí para hacer un par de fotografías y tenerlas como evidencia. Eso a la vez, la hizo preguntarse las razones para que Levi quién parecía un adicto a la limpieza, estuviera guardando eso que a simple vista era basura.

Tendría que buscar la forma de entrar otra vez a la habitación, aunque al parecer, solo había una forma y Hanji dibujó una mueca de dolor en silencio.

Solo en ese momento fue consciente del dolor. Le dolía la espalda y las caderas en específico, pero no estaba sorprendida en lo absoluto.

Hanji cerró el cajón de la mesa de noche junto a la cama de Levi con delicadeza y procurando no hacer demasiado ruido decidió salir de ahí, no sin antes cubrir los hombros desnudos de Zeke con la manta y quitar de su rostro un par de ondeados cabellos rubios.

Cuando Zeke despertó, se dio cuenta de lo hambriento que se sentía y que tenía encima dos mantas. De Hanji y Levi no había rastro, aunque eso no pareció preocuparle. Lo que sí lo hubiera hecho, sería el tener que despertar con ellos. Demasiado íntimo e incómodo como para querer enfrentar algo así.

Dio un gran bostezo mientras estiraba los brazos y se rascó la nuca para quedarse ahí otro poco más. Cerró los ojos y pensó en lo extraño que se sentía todo aquello. No estaba arrepentido, al contrario, podía apostarlo todo con tal de que se repitiera. Pero había algo que no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

Los secretos del protegido [Zevihan] (Historia completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora