5- Romper el hielo

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El tiempo se agotaba para Levi, la fiscal Zoe había firmado el contrato y él contaba con solo un par de horas para montar todo un escenario creado para hacerle pensar a la fiscal que sería directora de una consultora privada dedicada al área de la investigación.

Por su parte, el plan de Levi mantenía calmado a Grisha puesto que el caso había sido misteriosamente pausado y ya no era tan relevante en los medios por lo que la atención mediática se había desviado a otros aconteceres. Después de todo, siempre podría haber algo nuevo de lo que diera que hablar en la prensa.

La prisa les hizo recurrir a lo incluso desesperado. Un par de personas se encontraba esperando su turno con algo de impaciencia. Algunos de ellos memorizaban un par de líneas y las practicaban en voz alta, pero era innecesario. Levi y Zeke no tenían tiempo, solo necesitaban personas dispuestas a cooperar por dinero.

—Adelante—.Indicó Levi desde su lugar tras el escritorio.

Una mujer joven de cabello rojo y sonrisa contagiosa entró a la oficina, el verde zafiro de sus ojos la hacía lucir por completo vibrante.

Zeke sonrió encantado ante su belleza, aunque Levi no parecía tan emocionado. Levi solo quería terminar pronto con todo aquel deprimente espectáculo.

—Y bien. ¿Qué sabes hacer? —.Preguntó Zeke interesado.

—Mi nombre es Isabel Magnolia y acabo de terminar la universidad. Estudié administración, no tengo experiencia, pero puedo aprender a hacer lo que sea. De verdad necesito el trabajo...

—Me gusta tu entusiasmo, Isabel—.Comentó Zeke intercambiando miradas con Levi.




***


Un par de lágrimas rodaron por sus arrugadas mejillas, sus dedos temblorosos no hacían más que remover la tinta del bolígrafo sobre el papel con torpeza. Las últimas horas habían sido malas y Zackly veía cómo su vida se extinguía con cada segundo transcurrido.

Berner le arrebató la carta recientemente escrita y la leyó un par de veces.

—Vamos, sé que puedes escribir algo mejor. No me hagas ayudarte o Hanji no creerá que la escribiste tú.

—¡Si vas a matarme, solo hazlo! —.Zackly intentó forcejear con su captor, pero ya no estaba en forma para hacerlo—. ¡Lo que escriba yo aquí, no cambiará el resultado!

Su cabello plateado lucía sucio, al igual que su rostro sudoroso lleno de heridas frescas. Sin embargo, su mirada inyectada en sangre solo podía reflejar la ira de ese momento, de lo mucho que despreciaba a esa mujer. A su parecer, Moblit Berner no era más que un tonto obsesionado con aquella fiscal, pero él sabía más que nadie lo que Hanji era. No era un secreto para nadie que Erwin Smith confiaba más en ella que en su propia vida, ni tampoco era un secreto que su relación iba más allá del compañerismo.

Darius Zackly carcajeó con ironía de solo imaginar que por culpa de esa mujer, él moriría.

Pero, aunque él se convirtiera en abono para plantas. Moblit Berner seguiría siendo un perdedor.

—Tienes razón—.Masculló el comisario Berner, rompiendo en pedazos la carta escrita.

—¿Sabías que Erwin se percató de tu cercanía con la fiscal y ordenó que te trasladaran a otra unidad? Por supuesto que no. Tendrás que buscar un lugar en la fila, te sugiero el final. La muy zorra tiene un talento para enredarse con todo hombre que se le cruce en el camino. No era de esperar que Erwin cayera también. Hombre, no me mires así. Estoy viejo y ella tal vez tiene la edad de alguna de mis nietas, pero debo afirmar que Hanji Zoe es en verdad atractiva. ¿Sabes por qué? Porque a Hanji no le importa nada más que ser la mejor y en parte admiro ese lado suyo. Lo mejor de todo, es que mientras tú estás aquí con este pobre viejo que solo espera la muerte, ella está quizás ahora con Erwin, follando. Algo que tú nunca conseguirás.




Los secretos del protegido [Zevihan] (Historia completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora