07.

636 131 7
                                    

—Toma.

Cristian depósito un cuaderno y una lapicera sobre el banco del coreano.

Heungmin lo miro con sorpresa, negando con su cabeza, tomó su mochila para mostrarle el cuaderno que tenía en el interior donde tomaba sus notas, el que usaba todos los días. Hizo de lado el regalo de Cristian.

—No —lo frenó el mayor apoyando su mano sobre la de Heungmin, quien ante el tacto apartó su mano rápidamente sintiendo el calor de sus mejillas aumentar.

Al cordobés le pareció un poco raro ese gesto, pero no dijo nada y le regresó de nuevo el cuaderno a Heungmin.

—Ese cuaderno es para las clases —dijo señalando el cuaderno del menor—. Este de acá es para vos. Para que escribas lo que quieras decirme —explicó apuntando ahora el otro cuaderno—. No entiendo tu lenguaje de señas, pero sé leer.

Heungmin se sentía extraño, simplemente no podía explicar lo feliz y triste que estaba a la vez, de alguna manera se sentía halagado por el regalo de Cristian.

El mayor le había dado un cuaderno para que tuviera voz y eso era algo que iba a agradecer por siempre.

Mute › Cutison. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora