35.

340 78 5
                                    

La cama de Heungmin era amplía, lo suficiente para poder dormir los dos juntos, aún así preferían dormir casi encima del otro.

Con el menor abrazándolo como koala, el cordobés ya no sentía su brazo por la posición en la que estaba, su otro brazo estaba rodeando la cintura del chico.

Aún así, no se molestó en quitarlo, no quería despertar a su novio.

Era de madrugada y Cristian se había despertado, terminando en un momento de insomnio que quería destruir, pero no podía.

Así que se quedó despierto, mirando a Heungmin, acariciando sus mejillas, cuello y cabello lentamente para no despertarlo.

El rato paso y el argentino había terminado contando las pequeñas pecas que tenía el cacheton, ya iba unas cuantas cuando notó las manos del pálido moverse apenas un poco en sueños, sonrió con ternura.

Al principio, no podía evitar mirar lo adorable que parecía, aunque no supo en qué punto, lo que pensó que era un sueño, resultó ser una pesadilla.

Heungmin fruncio su ceño, negando y apretando sus ojitos, sus labios comenzaron a moverse y Cristian escucho lo que creyó era un murmullo provenir de ellos.

El corazón del mayor se aceleró, y recordó algo de meses atrás, cuando supo que Heungmin podría hablar, pero inconscientemente, había bloqueado su voz.

Se acercó un poco más al chico, preocupado.

—Sonny... —habló con suavidad, el nombrado seguía con el ceño fruncido y negando, ahora, un poco más fuerte que antes—. Es un sueño, solo un suelo, despierta...

N-no...

El trigueño alzó las cejas, su corazón comenzando a latir aún más fuerte.

Una dulce palabra, con una vos más dulce y aguda, a pesar de que había sonado bastante ronca.

Cristian se acercó aún más, abrazando a Heungmin, acomodando el rostro del chico a la altura de su cuello, dejando besos en su coronilla y acariciando su cabello.

—Shh... Estoy acá, bebé —murmuro—. Todo está bien, desperta... Es solo un sueño.

Cris... —escuchó, en una voz más calmada que antes, y sintió su corazón desbocar.

Sonrió, sus ojos se nublaron un poco.

—Sí, bebé, soy yo... Estoy a tu lado.

Heungmin negó de nuevo, esta vez, más lento despejando su vista.

Sus cejas se alzaron al ver a Cristian con lágrimas, así que movió su mano para preguntar, pero el trigueño solo negó, besando los labios contrarios con cariño, algo rápido para el gusto de Heungmin, quien seguía mirándolo confundido.

—Nada, bebé, nada —dijo el mayor, aún sin poder borrar su sonrisa de sus labios.

¡!

Soy lágrimas de cocodrilo.

Gente linda, vayan a leer "Delta", denle el amorcito que merece please, juro que no se van a arrepentir. 😿

Mute › Cutison. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora