DORIAN: TIENE UNA COMPAÑERA EXTRAÑA

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La siguiente vez que Dorian me llamó, no estaba solo en el despacho. En una de las sillas, con una sonrisa nerviosa en sus labios, un jersey rosa palo y unos vaqueros ajustados, estaba Katy sentada.

—Hola, Zayn —me saludó.

La miré y después miré la expresión seria del Alfa antes de volver a la mujer.

—Hola, Katy —respondí en un tono neutro antes de cruzar a aquel despacho que apestaba a Alfa casi tanto como su compañera.

Di un par de pasos y me senté en la silla al lado de ella, a la espera de que Dorian me diera alguna explicación de por qué estaba allí cuando solo habían pasado veinticuatro horas desde nuestra última conversación.

—Os he hecho venir para repasar un par de cosas antes del viaje —empezó a decir él, entrelazando los dedos sobre la mesa y dedicándonos una mirada intermitente a cada uno, como si se tratara del presidente a punto de enviar a sus mejores espías de la CIA en misión especial—. Quiero saber qué le pasa a Daisy, es importante para la Manada. Necesito que habléis con ella y tratéis de hacerla entrar en razón; si tiene dudas, nosotros se las solucionaremos; si tiene alguna queja o problema, decirle que siempre estamos abiertos al diálogo y que no tiene que tener miedo en preguntar —eso se lo estaba diciendo más a Katy, que asentía con expresión regia y la espalda muy recta, quizá tomándose demasiado en serio todo aquello. Dorian era el Alfa, sí, pero también el hombre que le comía el coño y se rascaba los huevos en su sofá, así que podía relajarse un poquito con aquello—. Si Daisy se niega a hablar con vosotros, se muestra esquiva, insegura o empieza a soltar excusas sin sentido, quiero que hagáis lo posible para conseguir respuestas. Sin herirla, por supuesto —eso me lo dijo a mí que, al contrario que su compañera, solo le miraba con cara de aburrimiento y recostado en la silla.

Cuando terminó de hablar, asintió, mirándonos a uno y al otro. Debía ser muy raro para él vernos allí juntos. Era como haber reunido a la alumna más aplicada de la clase y al crío más problemático del instituto. Una mezcla que, a todas luces, iba a salir terriblemente mal.

—Os hemos pedido dos habitaciones en un hotel de Manhattan, lo más cerca del estudio de Daisy posible, pero tendremos que tomar medidas especiales. Nueva York está plagada de Manadas agresivas y peligrosas, sin estabilidad e inmersas en guerrillas constantes por el territorio y el poder... Así que lo mejor y lo más precavido es que llevéis ropa limpia y os duchéis para deshaceros de nuestro Olor a Macho todo lo posible —dijo esto último como si le costara, apretando ligeramente los dientes y bajando la mirada a la mesa.

—Uh... eso no va a gustar nada a Liam... —le advertí.

—¡A mí tampoco me hace ninguna gracia! —gruñó en alto para dejarlo bien claro—. Pero eso evitará que un Macho de otra Manada os ataque al percibir a un extranjero y posible enemigo en su territorio. Ya que... ni Liam ni yo estaremos por allí para protegeros.

—No pasa nada, serán solo dos días —dijo Katy con una mueca de entendimiento mientras trataba de consolar a su lobo—. Después volveremos a la normalidad.

—Sí. Lo sé ­—afirmó el Alfa, aunque se le notaba jodido por aquello. Muy jodido—. Os he escogido porque, como ya os he explicado, creo que podréis complementaros bien. Además, enviar a la compañera del Alfa y al... —se detuvo.

—Ten cuidado con cómo terminas esa frase, Dorian —le advertí.

—Enviar a los humanos más importantes, con la relación más estrecha con el Alfa y el SubAlfa de la Manada, es una muestra de lo preocupante que es este asunto para nosotros. Espero que Daisy sepa apreciar ese detalle y que todo esto sirva para algo; porque como nos haya traicionado, si que me voy a enfadar de verdad.

HUMANO [ADAPTACIÓN] ZIAM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora