FINAL: LLEGÓ EL MOMENTO DE TERMINAR

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No hay mucho más que poder contaros sobre los lobos que no os haya contado ya. Ya sabéis mi historia, los problemas que tuve y todo lo que me llevó a ser quien soy hoy. Espero que os haya ayudado a comprender mejor a los lobos y a cambiar algunas de vuestras ideas sobre ellos, quizá a decidiros a experimentar, a empezar un beneficioso negocio de venta de feromonas o quizá a aclarar vuestras ideas sobre si seguir recibiendo a ese Macho que os viene a visitar a casa o, simplemente, marcharos para no volver.

El resto de mi historia, no tiene interés para vosotros. Saber cómo criamos a Hush o las pocas desventuras que pasaron en la Manada, no va a añadir nada de lo que ya sabéis y sería solo alargar este libro de forma innecesaria. Quizá sí haya algunas dudas que os pueda interesar, solo por curiosidad, o quizá cabos sueltos de los que queréis conocer el final. Como, por ejemplo, lo que pasó con Sam y Nick.

No es un episodio que me agrade recordar, porque me dolió mucho en su momento y todavía me duele ahora. Sam consiguió recuperarse un poco, venía a la Madriguera, se tomaba algo, hablábamos mucho sobre sus problema y hasta conseguí empezar a sacarle a ver sus putas mierdas de exposiciones y obras de teatro que el gustaban. El problema fue que, como os imaginaréis ya, Nick cometió un enorme error y lo jodió todo. No fue algo premeditado, no fue algo que hiciera a propósito ni de lo que fuera consciente hasta que ya fue demasiado tarde. Todo sucedió una calurosa noche de julio, en mi conserjería. Los ventiladores estaban a tope, las ventanas abiertas y los chicos habían venido para beber cerveza fría y ver una película tonta. Antes de empezar, empezaron a hablar de sus humanos, la típica conversación para matar el rato mientras los demás llegaban. Nick estaba allí, llevaba tiempo viniendo e intentando que volvieran a incluirle con el resto; sin embargo, se estaba encontrando con un muro de frustración y rechazo que ya no era capaz ni de entender ni de soportar.

Volvía a ser el SubAlfa, estaba llevando bien el puerto y no había vuelto a cagarla. Quería que los Machos olvidaras sus errores porque creía que ya había demostrado que había madurado y cambiado. Yo esto lo sabía porque hablaba con él, pero el resto seguía tratándole como a un lobato grande. El momento llegó cuando Sam, casi de forma irónica y un poco prepotente, le respondió con un:

—Tú todavía no sabes nada de humanos, Nick...

El joven alcanzó el límite. La última gota que desbordó un vaso que la propia Manada había estado llenando lentamente y sin piedad. Entonces gruñó, miró a Sam y se lo dijo. Le dijo que Daisy jamás volvería, que le había dejado y que todos lo sabíamos, le dijo que no le hablara de humanos cuando él había elegido como compañera a una zorra que le había abandonado y abortado a su Cría.

Fue uno de los momentos más impactantes de mi vida, y ya sabéis que eso es decir mucho para mí. El mundo se paralizó por unos segundos y, de pronto, todo fue muy rápido. Sam se fue corriendo, yo traté de seguirle pero no le atrapé a tiempo. Nick recibió un par de golpes de los otros machos por haber abierto la boca y, cuando Dorian se enteró, se puso como una fiera. Hubo un ambiente muy tenso en la Manada hasta que al día siguiente le pedí al Alfa que fuéramos a la Guarida de Sam, porque me temía lo peor.

Ya os he contado cómo pasó, la carta que escribió y lo doloroso que fue verlo. Dorian fue incapaz de entrar más allá del salón. Lloraba y gemía de una forma que nunca había oído, porque sabía que algo muy malo había pasado. Fui yo quien entró, fui el que vio el cuerpo tirado en la cama y abrazado a una camisa que Daisy se había olvidado allí. Recuerdo que retrocedí un paso. Recuerdo que casi me caí contra la pared y que perdí el aliento. Recuerdo que cogí la carta en la que ponía «Para la Manada» con una mano temblorosa y se la llevé a Dorian. No la leímos entonces. Solo nos quedamos sentados allí, fumando y procesando lo que había pasado. Cuando el Alfa se levantó, se secó las lágrimas y se fue.

Le dio tal paliza a Nick que tuve que llevarle al hospital, y, esa misma noche, lo expulsó de la Manada. Me quedé con él hasta que volvió a abrir los ojos. Cuando me miró, solo pudo llorar y gemir como un perrito. Solo pude apretarle la mano y bajar la mirada, porque él ya sabía que había cometido un error del que no habría vuelta atrás. No voy a decir que fuera culpa suya, porque no es cierto. La Manada puede ser muy cruel a veces, y Nick, como yo, sufrió las consecuencias de haber cometido un error muy pronto y haber creado una línea que, desde entonces, le costó todo su esfuerzo superar.

—Abriré una cuenta secreta y te daré dinero —le dije antes de irme—. Podrás alquilar un apartamento y comer... —me detuve a coger aire y, tras un par de segundos, añadí—: No te rindas, Nick. Te ayudaré en lo que pueda y, quizá algún día, consiga que vuelvas a la Manada.

El joven no dijo nada. Solo se quedó mirando al frente y llorando en silencio. Sintiéndose tan muerto y vacío como lo estaba para la Manada. Nadie le volvió a ver, nadie volvió a decir su nombre ni a hablar de lo sucedido. Tras el entierro de Sam, Nick despareció por entero de sus vidas. Aunque no de la mía, por supuesto, porque, como ya sabéis, seguimos en contacto durante muchísimo tiempo.

En cuanto a Liam, Hush y yo, nada cambió realmente. Los años pasaron, la Cría creció hasta convertirse en un Lobato gilipollas y pajillero y después en un Macho enorme, con unos ojos preciosos, una cara muy atractiva y un carácter que se parecía tanto al mío que daba miedo.

Liam envejeció a mi lado, por supuesto, hasta que un día su corazón le falló y una horrible mañana de noviembre le perdí para siempre. En su funeral, le llevé una de sus macetas y me quedé delante de su tumba con ella entre las manos sin saber qué más hacer. Nick vino a buscarme, me rodeó los hombros y me llevó con él a tomar un café. Entonces lloré como nunca antes había llorado y solo le hice una pregunta:

—¿Qué voy a hacer sin mi Liam?

Nick me miró con ojos llorosos y me dijo:

—Puedes escribir vuestra historia, siempre has dicho que sería un Best-seller.

Así que eso hice.

Solo os daré una última advertencia: una vez que te enamoras de un estúpido Lobo, no hay vuelta atrás...            

HUMANO [ADAPTACIÓN] ZIAM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora