Voz Silenciosa || Harry James Potter

Capítulo 2

—Es mucha sangre — murmuró una voz cuando la consciencia de Morgan comenzó a despertar. — ¡Severus, necesita un sanador ahora!

—La aparición no será fácil, tenemos que irnos. ¡Alastor, Tonks...!

—Nos quedamos, Snape. Intentaremos mover los cuerpos y averiguar qué pasó aquí. Probablemente lo que mató a estos sea lo mismo que hirió al chico.

Morgan quería abrir los ojos desesperadamente, parte de su mente todavía seguía aturdida, pero lo poco que consiguió escuchar fue suficiente para saber que Hannah logró conseguir ayuda. Su cuerpo aun no respondía a voluntad y cuando una succión vino desde su estómago, tirando de él hacía dentro, Morgan abrió los ojos preso del dolor e intentó arrebatarse de las manos que lo sujetaban en el aire una vez llegaron a su destino.

—¡Morgan, tranquilízate! — imploró la persona que lo cargaba, pero en lo único que Morgan podía estar consciente era en las partes de su cuerpo que quemaban por el tacto y su magia pulsando de forma amenazante en cada extremidad.

—¡Taylor, quédate quieto! — ordenó Snape.

—¡Duele! — gimió Morgan con voz ahogada.

La respiración del hombre que lo sujetaba se entrecortó por unos segundos antes de continuar caminando. Morgan no estaba mirando alrededor, enterró el rostro en lo que supuso era el pecho del hombre y se aferró a su ropa para no hacerle daño, tratando de mantener a raya el poco control que todavía tenía en su magia. Mordió su labio para no concentrarse en el dolor, pero no fue necesario, su mente se puso en blanco de cualquier sensación al comenzar a escuchar gritos simultáneos.

—¡Morgan! — gimieron varias voces al mismo tiempo.

—¡Se desangra!

—¡Mamá!

—¡Ahora no, Ginny. Llévenlo arriba, rápido!

—¡Harry, ustedes quédense aquí!

—¡Pero...!

—¡Distraigan a los niños en la cocina!

Avanzaron acompañados de más personas y alguien terminó abriendo una puerta de un portazo, las voces seguían discutiendo frenéticas por saber lo que ocurrió y el motivo de tanta sangre, pero nadie respondía a nada. Morgan sintió como el cuerpo al que se aferraba se inclinaba y su espalda terminó tocando algo blando: una cama. Apartó las manos de la ropa del hombre y abrió los ojos; lo primero que vio fue el rostro amable y cansado del profesor Lupin, mirándolo con genuina preocupación antes de apartarse para que el profesor Snape lo inspeccionara, con el rostro duro y las cejas juntas, apuntó su varita al rostro de Morgan y murmuró un hechizo que de inmediato amortiguó cualquier sensación dolorosa.

—¿Qué tiene? — preguntaron por una voz chillona al otro lado de la habitación.

—Todavía no lo sé — respondió Snape. Sus ojos conectaron con los de Morgan y suspiró con cansancio. —. Morgan, necesito que cierres los ojos. Te pondré a dormir con un conjuro, será más fácil revisarte.

Morgan tragó en seco y negó con la cabeza. El profesor Snape entendió su negativa a quedarse inconsciente, pero no parecía darle muchas opciones cuando entrecerró los ojos y lanzó otro hechizo a su cuerpo, dejándolo nuevamente dormido.

♦•••♦

Los espasmos de su magia lo despertaron. Morgan no sabía cuánto tiempo pasó, pero la oscuridad refrescante en la que su mente se sumió se desvaneció con rapidez para atraerlo a su miserable presente. El desgarramiento que provocó la muerte de sus tíos lo acogió de nuevo, sin embargo, no se permitió llorar. No merecía la pena cuando fue su culpa que ellos murieran, y aquello fue todavía peor para su alma.