💙CAPITULO 1💙

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Horacio había llegado a Los Santos unos dias atrás, se estaba quedando en un motel que encontró en el norte, era muy barato pero le pillaba muy lejos de la ciudad, apenas le dió el dinero para comprarse un coche de segunda mano algo viejo, necesitaba buscar un apartamento compartido hasta que hiciera las oposiciones, el poco dinero ahorrado que había traido se le estaba acabando, así que esa mañana buscó en el periódico anuncios, dispuesto a encontrar algo estable donde quedarse.

Tomaba su café de máquina sentado en ese maltrecho sofá que había en la diminuta habitación donde vivía, repasó uno por uno los enunciados donde se buscaba compañero de piso, entre más de veinte solo uno llamó su atención, SE ALQUILA, pondría escuetamente seguido por una breve descripción donde el dueño de aquel apartamento pedía gente seria y responsable.

Llamó al teléfono que venía como contacto siendo recibido por una voz, claramente con acento de algún pais europeo,- Priviet.-

-Hola buenas, llamo por lo del anuncio del periódico, busco habitación en piso compartido,- un leve temblor en su voz le hizo parecer nervioso.

-¿Podria quedar para verla en un par de horas?,- preguntó aquel hombre que se notaba a leguas que era serio.

-Claro, si me da la dirección estaré allí cuando me diga.-

Después de anotarlo, Horacio finalizó la llamada, fué al baño a darse una ducha rápida y se vistió informal, un pantalón vaquero con algún roto, una camiseta azul y su cresta roja perfectamente peinada en punta. Salió calculando lo que tardaría en llegar al centro y rezó porque ese dia no hubiera tráfico.

Buscó aparcamiento en esa céntrica calle, observó varias veces aquel edificio no creyéndose que alguien que pudiera costearse un apartamento allí, decidiera compartirlo, era demasiado lujoso, algo no le cuadraba al de cresta pero ya que se había desplazado hasta allí, lo vería al menos, aunque por lo que más tenía curiosidad, era por ver quien se escondía detrás de esa imponente voz.

Se acercó hasta la puerta del hall, un señor mayor le recibió muy sonriente,- buenos dias, ¿a qué piso va?,- le preguntó amablemente.

-Al dos, letra D,- leyó el papel donde tenía anotada la dirección.

-Por este ascensor, la puerta de la izquierda,- le guió.

-Muchas gracias,- entró en el ascensor presionando el botón del segundo piso, sus piernas inquietas, su garganta seca, pensó en que estaba perdiendo el tiempo, una habitación en ese edificio sería muy cara para él, pero igualmente la vería.

Salió del ascensor y buscó la puerta D, cogió aire llenando sus pulmones golpeando un par de veces en la madera, unos segundos después la puerta se abrió, sus ojos se abrieron al contemplar al hombre tras ella, un tipo muy alto, de tez pálida, ojos grises y cabellos plateados le saludó.

-Priviet, soy Viktor Volkov, pase,- Horacio se quedó estático en su sitio, el mayor frunció el ceño y lo miró serio,- ¿hay algún problema caballero?,- preguntó observando como esos llamativos bicolores escaneaban su rostro.

-P-perdón...yo...soy Horacio,- dijo por fin caminando despacio hasta el interior.

Un gran salón le recibió, al fondo podían verse un par de sofás negros de piel, unos grandes ventanales dejaban entrar mucha luz que resaltaba el brillo que tenían los costosos muebles que decoraban el apartamento, todo estaba demasiado ordenado, demasiado limpio, parecía una casa de revista de decoración.

El tipo en cuestión vestia un pantalón negro de pinza, una camisa gris abrochada hasta el cuello y unos zapatos negros, toda la ropa parecía recién comprada, ni una sola arruga se dejaba ver, también desprendía un suave aroma de algún perfume caro, Horacio estaba intrigado por saber el motivo del por qué ese hombre necesitaba un ingreso extra.

SE ALQUILA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora