🔥CAPITULO 21🔥

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-Te he extrañado demasiado Viktor,- Horacio miró los ojos grises que tenía a escasos centímetros de él, Volkov observaba todo su rostro como si estuviera admirando una obra de arte.

-Te amo Horacio, no he dejado de hacerlo nunca...- lo abrazó más fuerte contra su cuerpo.

-Yo también te amo...- besó sus labios con delicadeza disfrutando de ese momento único entre ellos.

Volkov se incorporó tirando de la mano del director quien corrió arrastrando al ruso hasta el interior de la mansión, una vez la puerta se cerró lo apoyó contra ella y, poniéndose de puntillas con sus manos apoyadas en los hombros del más alto, devoró su boca con ansia.

El comisario amasó el trasero del menor, sus manos abrían y empujaban esas duras nalgas contra su entrepierna rozando con ese movimiento los dos erectos miembros. El de cresta comenzó a desnudar al peliplata con rapidez, las manos blanquecinas hacían lo mismo con el cuerpo contrario, despojarle de cada prenda deseando sentir su ardiente piel contra la suya.

La desnudez de ambos hacía un perfecto contraste de tonos, sus cuerpos se buscaron hambrientos, sus manos palpaban todo del contrario, sus lenguas recorrían cada centímetro de sus anatomías, deseaban unirse en cuerpo y alma como hacía más de un año atrás...

Volkov cayó de rodillas ante su amado, con sus grises fijos en los bicolores fué acariciando sus muslos despacio, paseó las yemas de sus dedos por ellos sintiendo el corto vello erizarse bajo estas, besó el interior de cada uno abriendo más las piernas de Horacio quien era un mar de jadeos.

El goteante miembro moreno se erguía poderoso, la excitación era demasiada y el ruso terminó de enloquecer al menor metiéndolo en su boca hasta que chocó el glande contra su garganta. Horacio gimió en alto, su voz recorrió todo el salón provocándole un escalofrío al comisario quien comenzó un movimiento brusco con su cabeza metiendo y sacando el falo deprisa de su boca, haciendo que la fricción endureciera aún más aquel venoso trozo de carne.

-Viktor...jodeeeer...- agarró sus cabellos plateados sintiendo el placer en cada rincón de su cuerpo.

El mayor subió una pierna del director a su hombro, acarició su trasero con ambas manos empujando aún más el miembro dentro de su boca, una arcada le obligó a parar para coger aire, escupió en su mano llevando sus dedos hasta la rugosa entrada expuesta, lamió los testículos succionando la piel mientras penetraba con sus falanges al de cresta.

-Dios...para o...-

-Ni de coña,- contestó buscando la próstata con sus largos dedos mientras engullía de nuevo el miembro del menor.

Cuando ese punto fué estimulado el vaivén con su boca se volvió frénetico, su lengua ayudaba dándole a Horacio un placer descomunal que hizo que se corriera bruscamente en la boca de Volkov quien tragó aquel espeso líquido y sacó sus húmedos dedos del interior de su amado para levantarse del suelo y compartir su sabor con el director quien lo besó tirando de él escaleras arriba, hasta llegar a su peculiar habitación roja.

-¿Qué cojones...?.-

Volkov miró aquel espacio que contaba con varios objetos un poco fuera de lo común, látigos, dildos, vibradores, fustas y demás parafernalia sexual se repartía por toda la habitación,- no te asustes ruso, no lo voy a utilizar contigo...al menos hoy...- rió el menor empujando a su pareja sobre la cama y posicionándose a horcajadas sobre él.

Horacio cogió lubricante de la mesilla esparciéndolo deprisa sobre el miembro de Volkov, masajeó masturbándolo hasta que estuvo bien duro, con su otra mano se preparó un poco más no aguantando las ganas de empalarse dejándose caer de golpe, sacándole un ronco gemido al contrario cuando sintió su miembro abrir esas estrechas y calientes paredes.

SE ALQUILA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora