🛩CAPITULO 18🛩

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1 Año después...

Volkov llegó a esa ciudad que abandonó por completo y con el corazón roto meses atrás, desde que se fué no supo mucho de sus antiguos compañeros, solo habló con Greco una vez pero, cuando el de barba le comenzó a contar lo mal que se encontraba Horacio tras su marcha, colgó la llamada no volviendo a ponerse en contacto nunca más con nadie.

Había pasado todo ese tiempo en su tierra natal, había trabajado en remodelar la antigua casa de su familia dejándola preparada para que volviera a ser habitable. Tenía la intención de quedarse allí para siempre pero Evans le había llamado varias veces pidiéndole que volviera a ejercer su puesto de comisario, no entendía la falta que hacía él en el CNP ni por qué le insistía tanto.

Muy en el fondo sentía esas ganas de volver a su rutina, patrullar, trabajar todo el dia, arrestar a los delincuentes e incluso extrañaba el papeleo por lo que en la última llamada y, pensando que su corazón estaba curado, cogió un vuelo de regreso a Los Santos.

Su garganta se cerraba conforme el taxi lo paseaba por aquellas calles que él llevó en el pasado con puño de hierro, aquellas que tan bien le acogieron años atrás, en las que encontró por primera vez el amor, perdiéndolo poco después y de la manera más absurda.

Su corazón bombeó deprisa cuando aquel vehículo amarillo lo llevó por El Pier, se pudo ver a sí mismo montado en aquellas atracciones junto a ese precioso joven de ojos bicolores al que, ni por asomo había olvidado, por mucho que intentara autoconvencerse de ello, su sonrisa, las pecas que se esparcían por su rostro color caramelo, su brillante mirada...nada había salido de la mente del mayor.

Llegaron al motel del centro donde iba a hospedarse el ruso por el momento, había perdido su apartamento frente al Bahamas, él le dejó las llaves a Horacio junto a esa carta pero, por lo poco que supo, el subinspector lo había abandonado tras su partida y ahora estaba ocupado por alguien más, por lo que no podía recuperarlo.

Pagó al conductor, alquiló una habitación cogiendo las llaves en recepción y después de dejar su maleta con lo poco que traía, bajó de nuevo dispuesto a dar un paseo hasta Vespucci, la nueva comisaría en la que ahora se había instalado la lspd, según el informe que había recibido de Evans.

Cuando llegó observó las inmesas puertas junto a la escalera que le daban la bienvenida a su nueva vida, varios agentes apostados en las barandillas y otros saliendo de servicio en ese momento, hablaban de su dia entre risas y comentarios sobre sus respectivos patrullajes, observó sus caras mientras subía esos escalones, no reconociendo a ninguno.

-¿A quién busca caballero?,- Volkov se giró antes de entrar en el ascensor.

-Al comisario Greco,- respondió aceptando la ayuda de ese oficial, ya que ni si quiera conocía aquel edificio y no sabía dónde se encontraba el despacho de su amigo.

-Segunda planta, al fondo, no tiene pérdida.-

-Muchas gracias,- exclamó sin más, encerrándose en ese cubículo de metal.

Cuando las puertas se abrieron encontró una zona donde habían varias mesas con sus ordenadores y documentos perfectamente ordenados, varios despachos todos con cristaleras que dejaban ver lo que sucedía allí dentro, al fondo atisbó a un hombre vestido con indumentaria del FBI, estaba hablando con Greco en su despacho.

Volkov caminó despacio sabiendo que le tocaría esperar a que aquel federal acabase con lo había venido a hacer, su sorpresa fué cuando ese hombre se quitó la gorra que llevaba puesta, aquella cresta totalmente blanca y despeinada hizo que sus grises estuvieran fijos en ella por eternos segundos.

-No puede ser....-

Las palabras salieron de su boca solas,- Horacio...- sus piernas temblaron al ver esa mano tatuada pasar por aquellos cabellos.

SE ALQUILA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora