''No hace mucho había hecho que su padre invirtiera en el terreno que su abuelo le regalo, sin embargo, se llevó la sorpresa de que nunca hizo nada con en el tiempo en el que estaba en Francia con su madre.
Lisa visitó la casa de su amiga ese día, la señora Park no se encontraba, era un lugar de dos pisos, con flores alrededor dándole la cálida bienvenida. Una casa bonita.
Aun así, la sombra que cubría el rostro de su amiga la entristeció, ese mismo día que regreso, su madre había fallecido. No pudo hacer más que abrazarla, y pedirle que si había algo que necesitara, si podía ayudarla en algo, que le dijera.
Pero Rosé solo la miraba fijamente, y luego Lisa fue brutalmente golpeada con sus puños, una y otra vez, hasta hacerla desmayarse.''
.
Después de estar mucho tiempo en la cama, su cuerpo se despierta de un solo golpe, su respiración es regulada, sus ojos color avellana viajaban a la habitación, buscando una lámpara, un bombillo, algo que le indicará que de tanta oscuridad había luz en alguna parte.
Sus manos llegan a la lámpara para prenderla, sus dedos temblorosos se abrazan entre sí cuando aprieta, y sus labios los relame. Claro que no tiene calor-a pesar de que el clima desde que llegó ha sido lo más pésimo-, el frío se cuela en su piel, dándole un sentimiento desgastante, de tristeza.
La pesadilla que acababa de tener la espanta por completo. ¿Desde hace cuánto que no sueña con ese día? Un día aterrador para ella, un día dónde todo empezó a irse para abajo. Su cabeza duele como nunca, se pasa la mano por la frente y se cubre su desnudez, sus ojos buscando, con curiosidad y miedo.
JungKook no está a su lado-la sabana estaba arrugada, la almohada acomodada hacia abajo-, Lisa asume que quizás por eso el sueño que tenía se volvió oscuridad por completo, como una película de terror que se repetía en su cabeza. Lisa odiaba las películas de terror.
Su mano recorre las sabanas como si pudiera sentir su presencia allí, su cabeza se levanta y vuelve a fijarse en la habitación lujosa; el baño cerrado, el closet también, la pequeña sala vacía y sus asientos recibiendo el viento frío-que Lisa solo podía sentir-, las luces, todas estaban apagadas excepto la lámpara.
Se toca los cachetes, dándose calor, retira las sabanas de su cuerpo y busca algo que ponerse. ¿Dónde está JungKook? Eran las cuatro de la mañana, y lunes y martes fueron noches en las que él no se apartaba de su lado. ¿Tal vez ya le dio asco acostarse con ella? ¿Se aburrió y se dio cuenta que Rosé lo hacía sentir mejor, le daba más placer?
No le sorprendería, era la mujer que ama, y ella solo era... solo eran amantes hasta que la luna de miel se acabe, hasta que ella logre enamorarlo. Solo es un deseo que él no es capaz de arrancar, provocado por ella misma, que tampoco puede huir de su dominio.
Se abraza de solo pensarlo, va hacia el pequeño mini bar y un té-que dejaron las camareras preparado en una taza en el pequeño refrigerador-, se lo toma rápido, el sabor dulce acaricia su garganta. Todavía sigue desnuda. Ahora no hay nadie a su alrededor, JungKook la ha adorado tanto que ya no le da vergüenza.
Porque había frío, se colocó una bata que compro el martes. Ya no podía dormir más, y tenía que esperarlo. A dónde sea que haya venido. ¿Sería JungKook capaz de estar con otra mujer mientras que ella dormía pensando que está a su lado? Eso provocaba en Lisa una decepción grande, porque entonces no estaba haciendo bien su trabajo.
Y la haría sentir más menos. Pero las palabras que le dedicó, que la admiraba, que la deseaba, que ni Rosé era capaz de llevarlo al cielo de la forma en la que lo hace. Su corazón latió con fuerza con esas palabras, y su estómago se apretó, sintiendo mariposas de adolescente enamorada.
ESTÁS LEYENDO
❝the other woman❞ liskook.
Lãng mạnLisa había aceptado casarse con Jeon JungKook, ya que el negocio entre familia se había logrado a la perfección, la presión era grande y el hijo mayor no tuvo otra opción que aceptar, ambos dejándose llevar por los lamentos de Park Roseanne. Pero L...