epílogo

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Ya era hace bastante

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Ya era hace bastante. Se cruzaba por los caminos más lejanos de ese paraíso y luego de cinco años, regresó con menos dolor que antes. Era curioso como el simple hecho de sentir la suave arena de sus pies la despertó y supo en el lugar donde estaba.

No era un simple acercamiento, una imagen que se clavaba una y otra vez, literalmente sentía el agua del mar azulado, el viento que acariciaba su espalda. El dolor de su cuerpo no era como el de antes. ¿Qué era esto?

Supone que se trata del sueño más largo que ha tenido en su vida, quizás en algún momento pueda despertar de el. ¿No?

Pero sus ojos capturan rápidamente la figura femenina que se mueve contra el viento, frío sin poder esperar, los dedos los cruza sin esperarlo es el rostro de sirena que reconoce inmediatamente. El corazón le late con fuerza, e intenta irse para atrás.
No esperaba verla parada en frente suya, no hablaba, sus labios estaban rojos y sus a los que estaba tan acostumbrada de ver burlescos no mostraban ninguna emoción. Le entrega unas flores que inmediatamente toma, su cuerpo reacciona solo.

-Feliz cumpleaños-ella le dice casi con la voz rota, no identifica de donde viene tales palabras-. Deséale feliz cumpleaños de mi parte.

.

El sonido del llanto que resuena en sus oídos solo hace que despierte de los sentidos, el dolor y la calma es grande y se combina en un sentimiento grande; amor. Aunque sus costillas duelen, su respiración es lenta, y tiene miedo.

Sin embargo sus ojos color avellana logran captar las manos llenas de sangre al sostener al primer bebé, que solloza, que es tan pequeño. Y luego captura la figura de su esposo, del amor de su vida, de su luz.

Sosteniéndolo, temblor en sus dedos al cargarlo, su mirada, tenía una intensidad cargada de sentimiento, cargada de justicia y un brillo. Nunca había visto esa expresión en él, nunca lo había visto tan conmocionado.

De tener una criatura, su hijo, suyo. Era su bebé, era lo que iba a proteger a partir de ahora.

-J-JungKook...

-Mi amor-él susurra, tan temblor, tan rojo-. Es hermoso, es nuestro bebé.

Ella solloza de la felicidad, le duele el cuerpo y solo quiere cargarlo. Pero los médicos se acercan, JungKook no para de admirarlo y ella vuelve a desmayarse.

.

Luego de eso escucha la discusión más cercana, todavía estaban en Grundwald, ella tenía a sus dos bebés con ropita azul y amarilla junto con unos sombrerillos. Jennie jugaba con ellos, mostrándoles patitos y perritos en modo de peluche, y ellos sonreían apenas.

Su mirada se fijó en la ventana y pudo ver el rostro de su marido, la expresión cargada de dureza, la mandíbula tensa, mientras conversaba a espaldas con TaeHyung.

❝the other woman❞ liskook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora