capítulo dieciséis

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Cada grito de ayuda, cada rasguño que sus uñas lanzaban a la piel de los brazos que la sostenían, nada funcionaba. Estaba atrapada, mojada, sucia, rota, era una forma inexplicable de verse a sí misma como lo que es: un mounstro.

Quiere morir, pero al mismo tiempo, desea ver a sus padres, a su madre, a sus abuelos, a todos sus compañeros. Por eso parpadea cada vez que la puerta se abre, y su pecho se prepara para poder obtener fuerzas, su cuerpo también se encoge.

Va a sobrevivir.

.

Nunca pudo dejarse llevar por el momento, menos cuando se trataba de algo que empezaba a darle mala espina. Podía escuchar varias canciones en inglés mientras que avanzaban, la mano de su esposo la sostenía, sus ojos color avellana veían las pequeñas cabañas con colores, pues, no eran los únicos que disfrutaban lo que era un hermoso río.

Phraya para Lisa siempre será un lugar calmado, cuando tenía unos siete años, en sus memorias infantiles podía recordar perfectamente el momento en el que su padre la tomo de sus delgados brazos y la lanzó junto a él al agua. Su madre se encontraba junto a sus tías acostada, tomándose fotografías, desde lejos se encontraba uno de los restaurantes de su abuelo, él cocinaba Gay Yang, con una sonrisa en su arrugado rostro.

No sabe porque aquel recuerdo que atesora regresa como un flashback, como si le diera una advertencia que Lisa no tiene ni idea de que se trataba. Más caminaban, más podía sentir la tensión en el apretuje de su esposo en su mano, tratando de detenerla de cualquier estupidez que se le estuviera ocurriendo.

La cosa era, que Lisa ya se estaba hartando de obtener emociones explosivas dentro suyo, ponerse celosa, creer que alguien vendrá y le quitará el poder que está obteniendo sobre JungKook, la tiene harta.

Ella solo quiere irse a un lugar tranquilo junto a él, descubrir de que se trataba lo de matanzas, eso de lo que JiSoo había hablado con tanta normalidad. ¿Será cuando estaba en esa prisión de hombres musculosos que se golpeaban hasta matarse?

JungKook había eliminado a ese hombre con sus propias manos, hizo que se ahogara con su propia sangre hasta que no respirara, dejando que todos sus hombres terminaran de acabar con cualquier prueba de vida que tuviera. ¿Por qué le sorprendería entonces que mandará a asesinar personas?

Él mismo fue quién pidió nombres, quién sabe para qué, Lisa no quería imaginárselo. Aun así, la razón era porque la reacción que había hecho era totalmente ridícula, ponerse así no había un motivo cuando Lisa lo vio en aquel momento, arrancándole la vida a ese violador.

Van a una parte de lugar al que Lisa arrastra casi a JungKook a la fuerza, la cabellera pelinegra de JiSoo bailando contra el viento y los pequeños pasos que hace, dan un poco de gracia, sin embargo la pareja estaba en una tensión malísima y ninguno de los dos tenía tiempo para pensar en lo que los demás hacían.

Por lo menos no JungKook, Lisa no iba a sacar nada de lo que tenía escondido porque en realidad no había nada que esconder, solamente que hablar de la milicia era un tema delicado, Jeon no solamente fue allá a entrenar y eso pocas personas lo sabían. Asustar a Lisa no era su intención desde el principio, no deseaba que le temiera los demonios que tenía adentro.

No después de saber la forma en la que fue corrompida.

Antes, quizás no le iba a costar nada hacerlo, darle lo que merece, complacerla de la peor forma hasta escucharla gritar su nombre. Antes de enterarse que había sido violada, de ser golpeada y de haber tenido un aborto. No podía hacerlo, incluso si se dejaba llevar por el deseo que sentía por ella, no sería capaz de prometerle comérsela como un salvaje.

❝the other woman❞ liskook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora