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Sus ojos color avellana viajan al montón de nubes blancas que desaparecen al momento de ellos acercarse, aun así siendo con una lentitud no irritante, le causaba un picor de molestia al momento en el que pasaba.
Tenía ganas de quedarse en Brasil para siempre, había sido un viaje que le provocó más dolor de cabeza que paz, pero al fin y al cabo, disfruto de las fiestas, los bailes, el hermoso mar que la recibió aquel día.
Había ido a Chile, pero solo fue una vez, y fue rápidamente en una reunión de una hora, luego de eso tenía que irse a otro lugar, pero no se atrevió a disfrutar lo que era realmente el país. No sabe siquiera porque lo piensa demasiado, tampoco porque de un momento a otro, se desanimó tanto.
¿Quizás porque su esposo no dejaba de llamarse a cada rato con Rosé? El hecho de que ella este en otro Jet no solo le provoca un mal sabor de boca, si no que la ansiedad que su miedo le crea solo la hace respirar con fuerza, quien sabe cuántas veces porque no podía dejar de pensar en eso. No deja que él se dé cuenta tampoco, ocultando su temor cuando cruzan miradas, se aparta para que no la vea.
Fuera un comportamiento extraño si ella fuera una persona extrovertida y directa, pero esta vez, él la conoce, o eso es lo que piensa. O no lo sabe, pero ya tiene en cuenta que JungKook no nota cuando Lisa casi que se ahoga de miedo cuando menciona a Rosé por una estupidez.
El viento no es frío, más que todo fresco al llegar al aeropuerto privado FBO, los reciben educadamente, recibiendo sus maletas. Lisa suspira, poniéndose los lentes de Sol negros y dándole una vista a todo. Desde lejos ve las montañas, característica de lugar, y queda hipnotizada por los árboles cuando apenas se da cuenta que la toman de la mano.
Durante todo el viaje lo pensó, sobre como ya no se inmuta cuando Jeon, con sus dedos tatuados rozan los suyos hasta enrollarse, es como una punzada algo cosquillada.
Él siempre, viéndose atractivo, esta vez la camisa sin mangas negras, casi a tirantes, y la chaqueta que ocultaba sus tatuajes en los hombros—sin embargo, lo que parecía ser una serpiente no pasaba desapercibida en su cuello—, también usaba lentes de sol negros, y la coleta pequeña que sostenía su cabello largo y negro.
Todo él irradiaba poder, lujuria y una presencia intimidante que dejaba a muchas paralizadas, la belleza oscura que este hombre desprendía era peligrosa. A veces Lisa se sorprendía de cuando pasaba de una mirada terrorífica a una sarcástica cuando trataba de hablarle, le desconcertaba y ella misma se preguntaba, como es que es capaz de chocar sus ojos con aquellos que parecen los del mismo ángel caído.
No lo conocía, JungKook solo le mostraba una faceta calmada porque con ella no había nada que temer. Y era algo triste, un poco decepcionante, claro. Pero no iba a permitirse pensar en eso ahora.
La miró de arriba hasta abajo, casi que analizando el atuendo que estaba usando, Lisa en ese tipo de tema no se puso discutir demasiado, pantalones de cuero y un corset blanco que sostenía sus hombros y que le levanta los senos, los pocos que tenía, se permitió bromear.
—Me gusta ese atuendo. —se permite rozar sus labios contra su mejilla, Lisa iba a abrir la boca para protestar por el acercamiento pero las trabajadoras estaban babeando en su presencia y demás.
Era claro que lo hacía por eso, pero su corazón que palpito con fuerza no lo entendía y menos su cuerpo que respondió a la cercanía disimuladamente.
—G-Gracias…—trata de no apartarse, no porque le duela, sino porque su aliento chocaba en su cuello y le daba cosquillas, en su piel… y en su estómago, eso no le gustaba.
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❝the other woman❞ liskook.
RomanceLisa había aceptado casarse con Jeon JungKook, ya que el negocio entre familia se había logrado a la perfección, la presión era grande y el hijo mayor no tuvo otra opción que aceptar, ambos dejándose llevar por los lamentos de Park Roseanne. Pero L...