Nuestro Comienzo

2.4K 129 7
                                    

Después de la gran batalla el mundo volvió a estar en paz, los Omaticaya vieron el sol brillar en otro día, la tierra iba sanando, la paz regresaba al pueblo y Jake Sully se convertía en un mejor guerrero, un mejor líder, en un padre. La tormenta había pasado, pero como todo lo malo había dejado secuelas graves, la primera era que el hogar del clan fue destruido obligándolos a reubicarse en el bosque, cerca del árbol de las almas, más cerca de Eywa, después vinieron las responsabilidades de Jake al ser el nuevo líder del clan, ahora no sólo debía valer por su seguridad sino la de todo un pueblo, además de la adaptación de los humanos al nuevo planeta, las investigaciones de la doctora Agustin siguieron, Norm las lideraba, los Avatares continuaron con su entrenamiento y convivieron con los na'vi en armonía.

Las cosas tardaron un poco en tomar el ritmo adecuado, pero resulto mejor de lo esperado dándole la bienvenida al primogénito del nuevo Olo'eyktan: Neteyam Sully. Todos celebraban la llegada del nuevo miembro de la familia, se sentía el amor y la abundancia en el aire, después de tanta muerte y destrucción nueva vida llegaba para iluminar los corazones de los omaticaya. Cuando una vida termina otra nueva nace.

Ese mismo día unos kilómetros alejados del punto donde todo el pueblo le daba la bienvenida al hijo del líder, una pequeña bebé nacía del cuerpo de un avatar sin conductor. Max y los otros científicos guiaron el parto para asegurarse de que la cría dentro de ese cuerpo inerte naciera correctamente, monitoreando cada segundo para evitar algún contratiempo. El llanto llenó el laboratorio después de dos horas de arduo trabajo haciendo sonreír a los científicos, la bebé había nacido y estaba bien. Max la sostuvo en sus brazos, observándola con una cálida sonrisa, los ojos de la pequeña na'vi pestañeaban repetidas veces ante la luz, los otros rodearon a Max para echarle un vistazo a la nueva miembro del equipo, era pequeña pero fuerte, lo primero que todos notaron fueron sus manos, 4 dedos en cada mano, como las manos de un avatar.

- Ojalá pudieras verla, es encantadora, al igual que tu- habló Max al cuerpo inerte del avatar en la camilla, le dio una mirada llena de nostalgia a la que una vez fue su amiga y compañera en el laboratorio. – Vamos a cuidarla...te lo prometo.

Ese mismo día por la tarde, un poco antes del eclipse, Jake se pasó por el laboratorio para dejar Norm en la base, no quería que su amigo se paseara de noche en el bosque de Pandora solo, él sabía mejor que nadie lo que se podía encontrar allá afuera, era mejor mantenerlo seguro y evitar mortales accidentes.

- Ya estamos aquí, Max- Aviso el hombre alto y castaño a su amigo, quito su máscara de oxígeno poniéndola con las otras, traerla puesta por largos periodos de tiempo podía ser agotador.

- Hola, ¿Cómo estuvo? - Saludo Max saliendo de uno de los cuartos de operación.

- Fue bellísimo, deberías haber visto a Jake, todo un gran líder mostrando a su hijo con orgullo. Casi me hace llorar- se burló Norm, recibiendo un ligero empujón del alíen azul.

- Muy gracioso- dijo Jake con sarcasmo- No sabría decir quién estaba más emocionado de los dos. Casi te peleas con u na'vi por tener un lugar en primera fila.

- Era justo que yo estuviera al frente, ellos son enormes, no me iban a dejar ver nada- ambos amigos rieron acompañados de Max, este último se veía distraído, como si no estuviera del todo en la plática, él estaba allí pero su mente vagaba en otra dirección, quizá algo referente a lo que estaba haciendo antes de que llegaran, esto se podía decir por su lenguaje corporal, su cuerpo no se despegaba mucho de la puerta de la que había salido, además de hacer un constante movimiento con las manos, como si estuviera impaciente por algo, Jake lo noto, sintió que el hombre quería decirles algo, pero no hallaba el momento para hacerlo.

- Max, ¿Esta todo en orden? - pregunto el gigante azul, la reacción del mencionado lo sorprendió, una gran sonrisa apareció en la cara del hombre, sus ojos brillaron.

DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora