"No importa que camino elija, la vida siempre me llevará hacía ti, porque tú eres mi único destino"
El amor y la amistad están a un paso de distancia, la línea que los separa puede volverse borrosa en ocasiones. Andeyla vivía una vida feliz, no era...
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Los hermanos habían sido separados, Andeyla no sabía lo que ocurría allá afuera, pero un día Quaritch vino por Spider y no había vuelto. Había querido preguntarle al soldado que se encargaba de llevarle el alimento, pero este siempre la ignoraba. Solo le arrojaba la comida al piso y se iba. Imbécil. Suspiró con cansancio, se estaba muriendo del aburrimiento ahí encerrada, además de que todo el tiempo libre le dejaba mucho espacio para pensar y atormentarse. No muy buena combinación.
Se dio la vuelta cuando escucho como la puerta se abría, creyó que sería de nuevo aquel idiota que iba a dejarle la comida, pero en cambio vio a Prager. Se quedaron viendo por unos segundos, ninguno sabiendo del todo como debería actuar. El hombre le hizo un movimiento de cabeza para que se acercará. Andeyla obedeció, no teniendo otra opción en ese lugar.
- Sígueme – le dijo el soldado. Iba armado, por supuesto, no esperaba otra cosa, pero también noto que iba solo. Los soldados no solían ir sin compañía, sino era Lyle era Zdog, pero nunca lo había visto ir por su cuenta. Llevo a la chica hasta una de las salidas en donde dejo de necesitar la máscara de oxígeno por lo que ambos se la quitaron. Andeyla parpadeo un par de veces al ser expuesta a la luz solar, sus ojos no acostumbrados desde que la capturaron.
- ¿Qué hacemos aquí? – preguntó la chica notando que a diferencia de otros días el lugar parecía menos concurrido, como si no hubiera mucha gente alrededor.
- Creí que te haría bien tomar aire fresco. Llevas un par de días respirando con ayuda de una máscara – dijo el hombre caminando por la borda. La nave se encontraba sobre el océano imposibilitándole la vía de escape.
- Que considerado de tu parte – dijo la na'vi con evidente sarcasmo – ¿Eres así con todos tus prisioneros? – la chica camino hacia la boca observando el horizonte, estaba tan cerca, pero tan lejos de la libertad que era casi frustrante.
- Sólo con los importantes – habló Prager poniéndose a su lado – eres la hija de Sarah, ella odiaba estar encerrada. Pensé que tu serías igual – Andeyla giro rápidamente su cabeza para mirar al avatar, no esperaba que mencionará a su madre, aquello la dejo paralizada por un segundo.
- Sí...- respondió finalmente – odio estar quieta. – Andeyla creyó haber visto una sonrisa en la cara del hombre, pero este seguía mirando hacia el horizonte por lo que no estaba muy segura. - ¿Quién eres? Y ¿Por qué pareces conocer a mi madre? – Prager por fin la miro, Andeyla no pudo descifrar lo que veía en esos ojos que parecían mirar a través de ella.
- Soy tu padre – dijo. Andeyla dio una pequeña exclamación ante la sorpresa. Soltó sus manos del barandal para encarar al hombre, pero esto al verla simplemente se echó a reír. - ¿Eso querías escuchar? – la risa no parecía divertida, más como irónica. Andeyla dejó caer sus hombros sintiéndose tonta por la emoción que pareció aparecer en su pecho cuando el soldado dijo eso.
- No es divertido – regreso su vista al mar negándose a mirar al adulto.
