DESTINO

Melodía del Mar.

Andeyla miraba el cielo con cansancio, a pesar de todo lo que había pasado ese día no había podido dormir, quizá el estar en un nuevo ambiente lejos de casa le imposibilitaba relajarse para irse a dormir, sus sentidos seguían alerta. Busco entre sus cosas la caja musical de su madre antes de irse por una caminata a la selva que estaba detrás de la aldea, todos estaban dormidos por lo que pensó que no sería ningún problema. Quizá escuchar la melodía la ayudaría a relajarse.

Camino fuera del marui en silencio dirigiéndose a la selva, también se le había ocurrido que al estar rodeada de árboles y plantas la harían sentir un poco como en casa, iría a comprobarlo.

Camino entre las plantas buscando un buen lugar, llego hasta donde terminaba la isla, desde ese lugar se podía ver toda la aldea y el mar que la rodeaba, era una buena vista. Dejó la cajita musical sobre una roca que estaba ahí y la abrió dejando que la suave música saliera de ella llenando el silencio de la isla. Andeyla se sentó en la arena dejándose llevar por la melodía, cerró los ojos tarareando al ritmo de la música permitiéndose relajarse, el viento acariciaba su rostro, podía escuchar el leve movimiento de las plantas haciéndola sentir que estaba de vuelta en el bosque.

Se quedó un rato así escuchando la canción hasta que sintió unos pasos aproximándose a ella, si no fuera porque conocía a la perfección ese caminar se hubiera asustado, giro la cabeza sobre su hombro comprobando al dueño de ese andar encontrándose con Neteyam que se acercaba a paso constante. Lo había adivinado.

- Ey- saludo la na'vi cuando estuvo lo suficientemente cerca- escabullirte por la noche se te está haciendo costumbre.

- Eso debería decir yo de ti - dijo Neteyam poniéndose en cuclillas a su lado para acompañarla-¿Problemas para dormir?

- Sí, mi cuerpo no asimila que no regresará a su antiguo marui a descansar. Todo aquí es extraño... ¿Qué hay de ti?

- Un poco de lo mismo - se encogió de hombros el mayor mirando a su alrededor - esto no es nada como en casa.

- Es lindo a su manera, aprenderemos mucho aqui- dijo Andeyla intentando mantenerse positiva.

- Sí... - se quedaron en silencio un rato escuchando la música, Neteyam miró la caja con curiosidad, era la primera vez que la veía, movió la cabeza intentando averiguar que era, pero como nada le vino a la mente prefirió preguntar. - ¿Qué es eso? - preguntó señalando la cajita. Andeyla la miró con una sonrisa.

- Es una caja musical, pertenecía a mi madre - Neteyam se levantó para caminar hacia ella y así poder observarla más de cerca - Max me la dio como regalo, es de la que te conté.

- Es muy bonita - alago el na'vi observando como los dos muñequitos hacían un tipo de danza.

- Lo es, y su música es realmente bella - ¿Y qué hacen los muñequitos? ¿Bailar? - pregunto.

- Sí, es una especie de danza alienigena. Max me habló de ella- Andeyla miró a su amigo que seguía con la inspección de la caja musical. La chica sonrió al verlo, no podía creer que estaba allí, juntos, había volado kilómetros lejos de todo lo que conocía y la razón estaba justo frente a ella. Sonrió con ternura al ver como intentaba tocar los muñequitos que se habían detenido junto con la música.

- ¿Qué pasó? - preguntó Neteyam algo temeroso de pensar que la había roto.

- Se le acabó la cuerda, sólo gira la perilla que está atrás- Neteyam asintió, siguiendo las instrucciones de su amiga.

- increíble - dijo una vez que logró hacerla funcionar de nuevo.

- El poderoso guerrero hizo funcionar la caja musical - dijo burlona haciendonreir al otro uniéndose a él, el ambiente siempre era así cuando estaban juntos, sin duda nunca podría vivir sin él.