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Un mes son treinta días. Treinta días son cuatro semanas aproximadamente. Una semana son siete días. Un día veinticuatro horas. Una hora son sesenta minutos. El tiempo corre sin esperar por nadie. Es imposible congelarlo.

Hoy olvidaré el tiempo que me queda. Me divertiré. Le diré todo lo que siento a Jungkook. Escucharé la canción de Tae y cuando llegué mañana volveré a Japón. Pasaré el resto del tiempo que me queda con mis adorados padres que aún no saben mi estado.

Tenía todo planeado. Mi vida estaba enumerada. Y viviré hasta mi último instante pasándolo feliz.

- Ya estoy aquí.

Sonreí al escuchar su voz, me di la vuelta y corrí hacía el chico mientras saltaba en el aire y enlazaba mis manos en su cuello.

La noche estaba preciosa. Un sin número de estrellas adornaban el firmamento con gran fulgor. La luna volvía a mostrar su redondez como aquella noche que descubrí mis sentimientos por Jungkook. Mi corazón latía a mil km/h. Mi órgano palpitante sabía muy bien que éste iba a ser el último día que vería a Jungkook. Las últimas veinticuatro horas con el chico que amo. Los últimos momentos para ver su sonrisa de conejito y la forma en que se achinan sus ojitos cuando ríe. La última vez que enlazaría mis manos con las suyas. Nuestro último aniversario.

- Te extrañé mucho – Susurré enternecida por mis propios sentimientos.

- Yo también te he extrañado Sakura.

El chico que ahora me había agarrado por la cintura para continuar mi muestra de afecto. Y, entre otras... No tenía idea del miedo que estaba surcando mi cabeza. No conocía mi estado ni las ganas que tenía de lanzarme al suelo y llorar. Desconoce cómo su voz retumbaba en mi cabeza para hacerme sentir pequeña.

Es imposible mentir y decir que no tengo miedo. Realmente estoy acorvada. Tengo mucho miedo de morir. Tengo miedo de ver que es lo que me espera. Miedo de dejar a todas las personas que amo. Miedo de dejar solo a Jungkook. Pero yo no me iba a romper. Aunque conozco mi final y que el tiempo me consume cada vez más...

Por eso voy a pulirme de esta noche de buenos momentos. Porque solamente estos buenos momentos me ayudarán a superar los malos futuros.

- Te ves hermosa.

Aproveché la cercanía y enterré mi cabeza en su pecho para oler su exquisito aroma masculino. Nunca había sentido tanta perfección en un aroma como el que siento con él. Nunca vi nada tan imposible como lo veo a él.

- Tú también te ves muy bien, Kooki.

Las manos de Kook fueron a mi cintura para devolverme la muestra de afecto y copiando mi acción enterró la suya en mi cuello.

Supe en ese momento que este era momento perfecto. Y después de una respiración profunda ambos nos miramos. Kook me veía con una ceja alzada por mis ejercicios de respiración. Y yo lo miré. Le miré con una intensidad que nunca antes le había mirado.

- Te amo.

El rostro sorprendido de Jungkook hizo que retrocediera unos pasos. Planche la falda de mi vestido para secar el sudor que empezaron a destilar mis nervios. Sin embargo, jamás aparte la vista de esos ojos tan afectuosos. ¿Por qué me siento juzgada por esa mirada? Aun así, sabiendo que no me estaba juzgando porque era imposible que una persona como Jungkook me juzgara. Temblé. Me retorcí. Me achique frente a esa mirada.

- ¿Qué intentas decir, Sakura? – Su voz salió atemorizada.

Y si él está asustado, qué decir de mí. Ni el monstruo del armario me asustaba de pequeña como ahora me siento. ¡Que el monstruo, ni monstruo! Ni ayer cuando me dijeron que me quedaba un mes de vida me asusto tanto.  

- Te quiero más que como un amigo.

Al fin liberé esas palabras que me atosigan la existencia. Por fin me sentía libre aunque no escuchara su respuesta. Un peso gigantesco salió de mi conciencia.
Algo me decía que ya podía morir feliz...

- Sakura-

-No tienes que responder ahora – Me apresure a interrumpirlo. Lo menos que quería era estropear este último día – Estaré bien cuando la respuesta llegue sin forzar.

- Pero Sakura ¿Cuándo? ¿En qué momento? – Vi sus ojos cristalizarse y sus gesticulaciones dudar.

- Hace ya unos años…. – Alce los hombros – Esa persona que siempre te hable que me gustaba, fuiste tú.

- Todo este tiempo… siempre… Sakura…

Entonces el agua brotó de sus ojos. Eso me alarmó un poco. Kook se parecía a mí ahora. Justo como yo cuando aparento un grifo abierto.

- Kookito…

Lo volví a abrazar. Pero esta vez fue diferente a la anterior. Esta vez Kook lloró desde lo más profundo de su corazón. Se aferró a mi pequeño cuerpo como si su vida dependiera de ello y enterró su cabeza en ese lugar que tanto le gustaba de mi cuello.

- No quiero que nada nos aleje… - Confesó.

Ahí rompí a llorar también. No teníamos tiempo. Yo no tenía tiempo. Me excluiré de Kook contra de mi voluntad. Yo no quería morir. Jamás elegí este destino y no hay cosa que tema más que apartarme de Jungkook. Él no podrá soportarlo.

- Por esa razón hagamos una promesa… – Levanté su rostro para unir nuestras humedecidas miradas – Mañana iré a Japón. Llevo meses sin ver a mis padres y puede que pase todo diciembre allá – Hice una pausa por no saber ni cuando era mi final – Cuando regrese me darás tu respuesta. No importa cuál sea tu respuesta. La aceptaré y prometo no alejarme de ti.

Mejor que nadie sabía que esta promesa jamás se cumpliría porque… no retornaré de Japón. 

- Sakura…

- Ahora olvidemos esto. Pasemos este último día juntos. Ese es mi último deseo, Kook.

Tal vez fue la seriedad en la forma que lo dije lo que hizo que Jungkook me obedeciera. No obstante, el reloj había comenzado a correr en esta última noche.  


IMPOSSIBLE//Jeon Jungkook [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora