Diez años después...
La librería estaba atestada de las risas de infantes. Muchísimos niños venían de la mano de sus padres y entre sus manitas traían los libros con el nombre “Todo es posible”. Sonreí grandemente al ver como una pequeña le decía a su madre que el libro era grandioso. Sí, sí era grandioso. Era un libro perfecto para cada niño de este mundo.
Ese libro de portaba animada con un paisaje nevado, los ayudaba a viajar a un mundo lleno de candor. Un mundo perfecto donde todo lo bueno era posible.- Es una lástima lo de la escritora – Me habló el dueño de la editorial que lo había publicado – En todos los años que llevo vendiendo libros, ninguno había sido tan vendido como ese. Estoy seguro que habría tenido el primer puesto de Litera infantil del país si ella siguiera con vida.
- Ese libro tiene más historia de la que usted cree – Fueron mis palabras melancólicas – Ni siquiera a la persona que fue dedicado alcanzó a leerlo. Siento que parte de la culpa de no mostrárselo a tiempo fue mía. Quizás habría cambiado el destino de mi amigo...
- A los pequeños de casa les encantan, y con eso me basta. No tienes que esforzarte más. Has hecho todo para remendar tu error. Ya es hora de que dejes de castigarte, Tae.
Me achique ante la mención de mi apodo. Llevaba años sin escucharlo, y justo un día como hoy, en que se pública ese libro y es el festival de otoño, lo vuelvo a escuchar. ¿Acaso el karma nunca me dejará de sorprender?.
- Tienes toda la razón. A partir de hoy me prometí pasar la página.
Él hombre de piel arrugada y cabello canoso sonrió cariñosamente. Fue como si su sonrisa exaltara sus años de experiencia y sabiduría. Él era una persona increíble.
- Cambiando de tema... ¿Y tus hijos?
Como si su pregunta fuera una invocación, los gemelos entraron por la puerta de la librería gritando "papá". Se soltaron de las manos de su madre y corrieron hacia mi persona que los recibía a brazos abiertos.
- Papá, papá, ¿Adivina qué? – Habló la pequeña toda emocionada.
- ¿Qué? – Inquirí sonriendo mientras cargaba a cada pequeño en brazos diferentes.
- ¡El abuelo y la abuela Aoi nos leyeron un cuento!
- ¿En serio? – Reí viendo la sonrisa de cada pequeño. Parecían muy emocionados por eso.
Realmente lo que me hacía gracia era que yo siempre les leía cuentos antes de dormir y no se ponían tan eufóricos. Ni siquiera sonreían tanto. Solo se dormían a mitad de la historia o admiraban las caricaturas de colores con curiosidad.
- La protagonista y el protagonista se llamaban como mi hermana y yo. ¡¿Te lo puedes creer?! – Soltó feliz el pequeño Jungkook.
- ¡El libro estuvo tan lindo que no nos dormimos mientras lo escuchábamos! – Continuó la pequeña Sakura por su hermano.
Ya me hacía idea de que libro se trataba...
- ¿Es este? – Les habló el dueño de la editorial, cargando el libro recién publicado en cada mano y extendiéndoselo a cada pequeño – Si les gustó tanto se lo pueden quedar. Tengo toda una estantería llena de este.
- ¡Sí, es ese! – Chillaron agarrando el libro – ¡Muchas gracias, señor Chan!
- Me alegro que les guste. Hasta pronto, Tae.
Hice una reverencia con la cabeza mientras el mayor se alejaba. El hombre se perdió entre las estanterías y luego yo miré a un par de pequeños que me miraban con la cabeza ladeada.
- ¿Tae? – Inquirió la feminina.
- Ese es mi nombre – Les hice saber mientras dirigía la mirada hacía la mujer que venía directo hacia nosotros.
- ¿Tu nombre no es "papá"? – Inquirió ahora el pequeño.
Iba a responder la pregunta de Jungkook cuando mi esposa me rodeó del cuello y me plantó un beso en los labios.
- ¡Iuhg! ¡Qué asco!
- Papá y mamá son unos cochinos.
Tras esas palabras se alejaron por las estanterías maderadas y los perdí de vista. ¿Cómo pueden ser tan fáciles de perder de vista?.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? – Le pregunté a mi esposa.
- Igual que siempre. Después de terminarlo me pasé por casa de los Aoi a charlar un rato. Quieren verte. Llevas una semana sin ir y eres como su único hijo, amor. Solo le quedas tú y nuestros hijos a esas personas.
- Yo también tengo muchas ganas de verlos. Con el libro de Sakura no he tenido mucho tiempo, Minhyun.
Y sí, ella es mi esposa y madre de mis hijos. La muerte de Jungkook y Sakura nos había unido. La culpa. Ella se culpaba por quitarle los últimos momentos de su vida juntos al prohibir que Jungkook viera a Sakura, y yo, bueno, creo que es mejor no mencionarlo porque ya no tiene importancia. Ya me exhimí de ello. Ambos entendimos que la culpa la tenía solo el tiempo.
- ¿Por qué no los invitamos esta noche a comer?
Su propuesta me hizo sonreír. Minhyun me conocía. Sabía que esas personas eran como mis otros padres y lo mucho que los quería. Ella si que sabía subirme el ánimo.
- Me parece una idea genial.
Mi respuesta le gustó. Y mientras debatíamos de cosas tribales hasta perder la noción del tiempo, un tema nos devolvió a la normalidad.
- Por cierto... ¿A dónde fueron nuestros hijos?
Nos dividimos en dos, ella por la izquierda y yo por la derecha. Me adentre a lo más profundo de la biblioteca. A través de esa parte de las más oscuras. Al lugar donde la esencia a libros antiguos imperaba y se adueñaba de todos los olores restantes. La parte más terrorífica de la librería.
Entré las oscuras sombras me sentí asechado, haciéndome cohibirme de mi alrededor.
- ¿Sakura? ¿Jungkook?
Mi voz salió temerosa, busqué rápidamente entre la oscuridad a los pequeños para salir rápidamente de ahí y...
- ¡Buuu!
- ¡Ayyy, Lupita mi amor! – Grité dando un brinco y capturando mi corazón con una mano.
Casi salgo huyendo por mi vida a no ser por las carcajadas infantiles que me hicieron detenerme.
- ¡Jungkook! ¡Sakura! – Los acusé con mi dedo índice – ¿¡Cómo se les ocurre hacerle eso a su padre!?. ¡¡Casi me matan del corazón!!.
Mi regaño solo los hizo reír aún más al comenzarlos a perseguir. Los pequeños demonios comenzaron a escapar y escabullirse por cualquier hueco de estantería bacía. Me evadían y mi imposibilidad para atraparlos me hizo reír junto a ellos.
- Tae es un cobarde – Canturreaban por los pasillos. ¿Quizás debí explicarles sobre mi nombre y papá? Ahora parecen que me llamarán Tae de por vida.
Hubo un momento que caí al suelo, jadeando y entre risas. Ellos se pararon frente a mí con sus sonatas felicianas e imitaron mi acción con el dedo.
- ¡Tae ríe como un dinosaurio!.
Tanto tiempo para darme cuenta que Sakura y Jungkook siempre tuvieron la razón. Que sí reía de esa forma. Y que el karma jamás dejaría de sorprenderme
Este día, justo cuando el sonido de los fuegos artificiales rompieron como todos los años en el festival...
Fue la última vez que la imagen de mis amigos vino a mi mente. La imagen más tierna de ellos burlándose de mi risa, y la imagen que pudo haber ocurrido si la maldición de lo imposible no hubiese caído sobre ellos. Si se hubieran comunicado un poco más.La verdad es que por mi mente solo transmitía la idea de lo que habría pasado si tal vez hubieran dicho como se sentían desde un principio.
Todo habría sido diferente desde un principio si no lo hubieran dado de imposible.
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IMPOSSIBLE//Jeon Jungkook [Completa]
FanfictionOye Jungkook, si me hubieran dicho que cuando te conocí a los seis años bajo aquel torrencial de tu sufrimiento y agua congelada, terminaría mi libro con este fin, ten por seguro que jamás me arrepentiría de haberte conocido. Porque estuve a tu lado...