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{Canción del capítulo:}
.Impossible_-_James Arthur.

«Nunca te enamores». Esas palabras eran el único legado que me dejó mi padre. Una desacertada herencia que yo cumplí los primeros años de mi vida. Esos años donde mi padre dio un cambio radical tras la muerte de mamá. Quizás nunca lo conocí antes del día tan funesto que nací, el mismísimo día que murió mamá. Pero las historias de los amigos de mamá me lo confirmaban...

El mismo día que mamá murió también murió mi papá.

Todas sus malas decisiones estaban dadas a ello. Cada vez que sus ojos chocaban con los míos, podía ver el rencor. Podía ver su odio a mi persona. «Cuando te enamoras de alguien le das el poder a esa persona de destruirte». Fue lo que le ocurrió a mi padre.

Esa fue la razón de “no enamorarme”. Y así fue hasta que conocí a Sakura.

Sakura me mostró el amor, cariño y bondad que nunca antes nadie había tenido conmigo. Me formó como una gran persona a base de sentimientos puros... Ella dio inicio a la persona que soy hoy. La persona que está enamorado de ella.

Y realmente la pregunta estaba en mi mente cada vez que casi me le confesaba, esos días de que el miedo de que ella se alejara por siempre me lo impedía:
«¿Me volvería como papá?». Esa era la interrogante. Y lo que me detuvo.

Las palabras de Tae quedaron suspendidas al aire. Me tomó varios minutos procesarlas. Y luego, cuando al fin lo hice, cuando entendí todo, le pasé por un lado y salí por la puerta de mi casa. Escuché los fuertes sollozos de mi amigo desde la distancia, pero no tuve el valor de darme la vuelta.

Todo esto me había tomado de sorpresa. Ni siquiera sabía qué hacía. Solo sentí el frío abrazar mi cuerpo y mis descalzos pies entumecidos con la nieve del piso. Un copo de nieve se posó justamente sobre mi nariz, ahí, solo en ese instante comenzaron a brotar las primeras lágrimas. Mi andar se volvió en una maratón hasta llegar al departamento de Sakura. Una tortuosa carrera donde cada instante que pasaba era peor que el anterior. Como si el tiempo se hubiera convertido en mi archienemigo. Como un vacío y un dolor crecieran cada vez más. El lugar estaba vacío, sin color, muerto. Ya no estaba Sakura para que todo fuera feliz. Ella se había llevado mi felicidad con ella. 
Pero yo no quería admitir aun lo que había pasado. El plan irrumpió mi cabeza a la vez que yo penetraba en esa casa:

Cambiar mi ropa con la que tenía ahí, robarle dinero a la chica que amaba y aparecerme en Japón frente  la puerta de su casa. Yo todavía tenía que confirmar todo esto con mis ojos, ¿por qué todo es una pesadilla, no? Solo un mal sueño. Ella no sabía ido. Yo prefería cualquier cosa que una vida sin ella. Yo tenía toda la sangre que corría por mis venas desbordas de miedo. Yo sé que no podré sobrevivir sin ella.

❁´✧✿'❁

La mansión Aoi seguía pareciendo muy imponente ante mis ojos al igual que la primera vez que puse un pie dentro. No obstante, hubo algo extraño en su ambiente. Se veía diferente a pesar de ser físicamente igual a la última vez que la vi. Tal vez aún no quería admitir la razón...

Luego de tres toques, la puerta fue abierta por la señora Aoi. La madre de Sakura quedó completamente aturdida al verme. Pronunció mi nombre con un dolor inexplicable y cubrió su rostro ojeroso con sus manos, rompiendo en lágrimas.

- ¿Sakura..? – Inquirí como un tonto iluso.

- ¿Qué pasa? – Cuestionó el señor Aoi mientras se dirigía hacía la puerta. Sus ojos no me captaron hasta tener a su amada entre brazos, protegiéndola – ¿Jungkook?

Los labios de aquel delgado hombre delinearon una sonrisa dolorosa al captarme. Este último se veía más jodido que su esposa por más que no estuviera hecho un mar de lágrimas. Estiró una de sus manos y me atrapó entre sus brazos y los de su mujer.

- Solo quiero verla...

Solloce sintiendo una calidez parecida a la que me otorgaba su hija.
No entendía el profundo nudo que se formó en mi pecho, ni el agua salada que escurrió mis ojos. ¿Acaso estaba aceptando que Sakura no volvería?. Algo muy en lo más profundo de mí sabía que ese iba a ser lo más cercano al acto que jamás tendría con mi amada. Que nunca tendría la oportunidad de enroscarla en mis brazos como hace este hombre con ella. Que era el final.

- Yo te llevaré con Sakura.

Fue la afirmación que salió de su boca al romper la muestra de afecto.

No transcurrieron ni cinco minutos cuando me encontré siguiéndolo a través de su casa, a través de su patio y junto al jardín donde Sakura tuvo su infancia. Donde tantas veces nos sentamos a hablar se sus travesuras de pequeña.

¿Qué palabras deberían encajar con lo que sentí?. ¿Cómo decir en palabras todo lo que me arrastró?.

Ahí, entre las margaritas y las rosas, estaba una lápida con el nombre de Sakura. El fulgor que desprendía la piedra con los rayos solares eran lo opuestos a las tinieblas que se había consumido mi existencia. Ni siquiera sabía si el tiempo seguía corriendo o si se había congelado.

- Los dejaré a solas... – Colocó una mano en mi hombro – Deberías leer la carta de mi hija – Y con eso se fue, dejándome a la merced de esta pesadilla.

El aire invernal rompió contra la piel de mi rostro, enredó mis cabellos y se escurrió entre los abrigos que vestía.
Mis manos viajaron a mi bolsillo y secaron el trozo de papel. Temblé y lo miré buscando la fuerza de voluntad antes de sumergirme en lo que se acababa de convertir en una carta de despedida.

Hola, Kookito. ¿Cuánto tiempo, no? Ya has pasado todo un mes sin mí. Has demostrado que puedes sobrevivir sin mí ayuda, y eso es bueno, es bueno porque en el momento en que leas esto sabrás que yo me fui.
Pasé todo un mes viendo tus mensajes que fueron jodidamente dolorosos ignorar, dedicándote cada una de las páginas de mi diario, escribiendo una historia diferente donde el final fuera perfecto. Un final sin miedo, sin monstruos, sin maldad, lleno de felicidad, sin gravedad ni tiempo. El final no pude dártelo, por eso lo escribí, solo para ti.
No tengo muchas cosas que decirte. Simplemente quiero que perdones mi promesa. No estuvo nunca en mis manos cumplirla. Nunca quise dejarte ir de esta forma. Todo fue culpa del tiempo. Cúlpalo solo a él.
Espero que entiendas mis sentimientos, que a pesar de que no me quieras como yo a ti, nunca me desprecies. Que tu memoria guarde esos momentos tan perfectos que vivimos juntos. Que tu memoria sepa que viví y morí amándote. Sé que tengo un corazón terco, tonto, raro, imperceptible, temeroso y con muchos defectos más, pero que sabe amar como pocos lo hacen.
Así que, te digo que desde el fondo de mi órgano palpitante, el cual dejó de funcionar, te amo. Te quiero todo un universo. Viví mis mejores momentos contigo. Ayudaste a crear al todo que dejó de existir conmigo. Es hora de que seas valiente y vivas sin mí. No temas, has demostrado que puedes pasar un mes sin mí, ahora solo queda toda la vida.

Te amó, te amará y te seguirá amando, Sakura.


Los cielos se cerraron. El sol dejó de brillar. La nieve comenzó a caer hasta cubrirlo todo... Incluso a mí. Y mi existencia se evaporó como el agua con la luz del sol.

Supe que ella había sido fuerte y yo no.
Ella había ganado y podía seguir adelante, pero yo no.
Ella se había ido para no volver...

Solo quería que ella se levantara por loco que parezca, que gritara a los vientos todo lo que yo sabía, que lo escribiera en el cielo.
Solo que cumpliera su promesa.
Solo quería que oyera mi respuesta.
Solo quería que me consolará como siempre en sus brazos.
Solo que curara mis heridas abiertas.
Solo que volviera para hacerme feliz.

Otra cosa curiosa de la vida que no supe cuándo pasó ni que me llevó a cometer el acto. Pero el miedo de volverme mi padre si pasó por mi mente en ese momento... O quizás fue simplemente el miedo de perderla lo que me llevó a ese acto tan tabú...
De ver la nieve que cubría su sueño entero bañada con el líquido carmesí que extirpe de mi existencia.

Yo había muerto. Ella había muerto. No me quedaba nada. Solo lo que alguna vez pudo ser.

Lo que siempre fue...
Imposible.

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Solo queda por subir el epílogo.

IMPOSSIBLE//Jeon Jungkook [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora