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Fui a por la libreta y el boli que solía usar para comunicarme con la gente pero él me la quitó de las manos, dejándome entender que quería que usara mis manos.
"¿Cuándo has aprendido lenguaje de signos?"
"Digamos que los viajes en coche se hacen muy largos sin nada que hacer"
Iba despacio pero sus dedos se movían de manera firme. La sonrisa de mi cara se iba ensanchando con cada nueva palabra que hacía. Desde hacía semanas me había preguntado cómo podía enamorarme de alguien con quien ni siquiera podía hablar, sin embargo, ver a Sam haciendo este esfuerzo por mí me hizo ver que las palabras no son siempre tan importantes.
"¿Has estado estudiando solo para darme las gracias?"
"No, lo primero que aprendí fue algo distinto. Algo que quería decirte pero que sonaba muy frío sobre el papel."
"¿Qué es?"
Durante un segundo vaciló, pero, tras tragar saliva, volvió a levantar las manos.
"Te quiero"
Me quedé tan asombrada que creo que él pensó que no lo había hecho bien.
"Te quiero" repitió.
Le aparté el pelo de la cara y me incliné hacia él. Sam me cogió el rostro y nos besamos. No había palabras con las que poder describir todo lo que estaba sintiendo y lo que sabía que él también sentía, ya que una corriente parecía conectar hasta la última de nuestras células.
"Yo también te quiero" le signé antes de volver a juntar nuestros labios con una sonrisa.
