Bajé a verificar que todo estuviese en orden en la fiesta y que no pase ningún incidente como el de hace unas horas, no sé como pueden aguantar tanto tiempo con esos zapatos tan incomodos pero ya deben de estar acostumbradas. Vi a Chelsea sentada en su mesa jugando con los cubiertos que estaban ahí mientras sus padres y hermanos bailaban, me dirigí a ella para hacerle un poco de compañía.- Hola linda- dejó caer el cubierto en la mesa y dirigió su vista hacia mi
- ¡Michelle! Que bueno que te veo, estoy muy aburrida- hizo un puchero mientras apoyaba su mentón en la mesa
- Me imagino, ¿no tienes sueño?- asintió- vamos y te acuesto, ¿quieres que te lea un cuento?- asintió emocionada, le extendí mi mano y ella la tomó para ponerse de pie
Nos dirigimos hacia el interior de la casa, pasando por el pasillo me encontré con el marqués Colón, quien es una maravillosa persona en todos los sentidos y me atrevo a decir que es mi amigo pero por nuestros niveles sociales no se nos permite tener una relación con ellos.
- Michelle, que gusto verte- se acercó a nosotras con una sonrisa- Hola Chelsea, otra vez- comentó con gracia haciendo que la pequeña riera
- Hola Er- saludó con una sonrisa y él le devolvió la sonrisa
- No te había visto en toda la fiesta- me habló esta vez a mi- ¿Cómo has estado?
- Bien gracias joven Colón, ¿usted cómo ha estado?
- No me digas así, puedes llamarme por mi nombre y no tratarme de usted
- Por más de que quisiera no puedo hacerlo, no lo tengo permitido. Discúlpeme pero debo retirarme para llevar a Chelsea a dormir
- Está bien pero en cuanto lo hagas, ¿nos vemos en el jardín? cerca a la fuente, no habrán muchas personas por lo que podremos hablar más tranquilos
- No es correcto que nos quedemos a solas y mucho menos si soy una chica del servicio- hablé apenada
- Tu no te preocupes por eso, nosotros somos amigos y no tengo ninguna otra intención contigo. Lo juro por mi honor- lo miré poco convencida pero finalmente accedí asintiendo con mi cabeza- entonces te veo ahora
- Si señor- levantó una ceja- Si, Erick- dije dudosa, no me sentía cómoda llamándolo por su nombre como si estuviésemos al igual- permiso- asintió y me retiré con Chelsea en dirección a su habitación
Solté un pequeño suspiro, estaba conteniendo todo mi aire para no parecer nerviosa de que alguien nos estuviese escuchando o viendo, por más de que él diga que somos amigos sé que eso no es posible y si alguien me llega a ver a solas con él será mi fin porque a él no le afectaría nada por su posición social.
- ¿Por qué estás triste Michelle?- salí de mis pensamientos
- No estoy triste
- Claro que si, hace días no eres la misma. Siempre me hacías bromas, me sonreías y ahora no ¿por qué?
No sabía que responderle, esta niña era muy inteligente para tener 9 años. Captaba las cosas muy rápido y era difícil poder decirle una mentira porque lo descubriría rápido.
- Son cosas de grandes mi amor, todo estará bien. Tu no te preocupes- sonreí
-¿Segura?-asentí- está bien
Entramos a su habitación, eran como las tres de la mañana y de verdad estaba tratando de mantenerme en pie para seguir atendiendo a los Vélez, me dirigí hacia el armario de Chelsea para sacar su ropa para dormir.
Dirigí mi vista hacia Chelsea y se había quedado dormida con su vestido puesto, me acerqué a ella para ponerle su ropa de dormir, no podía dejar que se durmiese así, le puse su ropa y tomé su vestido para lavarlo mañana o bueno más tarde.
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Época de amor||Christopher Veléz||
FanfictionInglaterra 1812, la alta sociedad y las jóvenes siendo desposadas en cuánto cumplieran la mayoría de edad. Todas buscaban la aprobación de sus futuros maridos y buscaban ser perfectas ante los ojos de la sociedad. La mayoría de los hombres más cod...