[Christopher]
No puedo creerlo, todo esto es mi culpa, por mi culpa la echaron de mi casa y la humillaron cuando le prometí que la protegería de todo. Ahora me toca casarme con Amelia Williams porque mis papás jamás me perdonarán esto, pero yo la amo.
Así tenga que enfrentarme a mis padres para estar con la mujer que amo, no me importa, lo haré porque sé que vale la pena y no pienso dejarla ir cuando nunca en mi vida me habían hecho sentir así. Salí de mi habitación para ir en busca de Michelle, no pienso y tampoco quiero rendirme, le prometí que la protegería de todo, que siempre estaría para ella y eso haré. En cuanto bajé a la sala me encontré con una desagradable sorpresa, mis padres en cuanto me vieron se pusieron de pie, ambos en sus miradas denotaban decepción y enojo, eso me hacía sentir mal pero más me hacía sentir mal como fue echada de mi casa como un perro, ella no se merecía eso.
-Que bueno que bajas Christopher- habló mi madre en un tono frío y distante- la señorita Amelia Williams fue muy amable y considerada en venir después del desplante que le hiciste en el baile que organizamos hace un mes para ustedes- la mencionada se puso de pie junto con sus padres
-No podíamos rechazar la oferta de ustedes condes, sobre todo después de lo acontecido con esta muchacha del servicio, de verdad es una pena que tengan que pasar por esto- habló la vizcondesa en forma de desagrado refiriéndose a Michelle
-Así es, es mejor cortar el problema de raíz y por esa misma razón iremos a hablar con la reina hoy para que apruebe su matrimonio- abrí mis ojos sorprendido y podía jurar que mi boca había caído al piso en cuanto mi madre habló
-Me parece una maravillosa idea, yo me encargaré de hacerles llegar la dote- habló esta vez el vizconde
Miré a mi padre buscando un poco de ayuda pero no encontré nada, él sólo estaba ahí de pie serio sin emitir un solo sonido, cosa que era poco común en él porque siempre tenía algo para decir; de verdad estaba muy decepcionado de mi y me dolía esa indiferencia de mi padre, pero sabía que Michelle valía la pena, lo sentía dentro de mi tanto así que me asustaba estar tan seguro de eso sabiendo que no pertenecemos a la misma clase social, pero no estoy enamorado de ella por esa razón, ella me atrapó en mente y cuerpo, ella es mi esencia, era lo que necesitaba para sentirme completo.
-Andando Christopher- sentenció mi madre haciéndome salir de mis pensamientos, me había quedado en un pequeño estado de transe ante tal noticia.
No podía casarme con Amelia Williams, no era lo que quería ni deseaba. Ella sólo me miraba victoriosa por haber logrado lo que quería, ser mi esposa y consigo ser condesa, pero no iba a dejar que pasara esto, no cuando no había luchado lo suficiente por Michelle. Iba a hablar pero fui interrumpido por otra de las chicas del servicio, quien entró a la sala.
-Disculpen que los moleste, pero ha llegado esto del palacio- habló la chica haciendo referencia al sobre que tenía en sus manos, ella se acercó tímidamente hacia mi madre para entregarle el dichoso sobre
-Gracias, puedes retirarte- ella asintió y se retiró de la sala volviéndonos a dejar solos
La vizcondesa, el vizconde y Amelia estaban expectantes a lo posaba en las manos de mi madre, para ser sincero también me causaba un poco de curiosidad que haya llegado un sobre para nosotros del palacio y no era cualquier sobre del palacio, se notaba que tenía una distinción especial a todos los sobres que contenían invitaciones de los bailes que organizaba la reina. Mi madre abrió el sobre, sacando de su interior una invitación, la verdad no sé que era lo que me intrigaba, tal vez la reina decidió cambiar el estilo de sus invitaciones.
-Dice que la reina nos invita al gran baile de bienvenida de su hija y sus nietos- fruncí mi ceño confundido
-¿La reina tenía hija?- pregunté algo confundido, ella asintió como si fuera lo más insignificante del mundo
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Época de amor||Christopher Veléz||
FanfictionInglaterra 1812, la alta sociedad y las jóvenes siendo desposadas en cuánto cumplieran la mayoría de edad. Todas buscaban la aprobación de sus futuros maridos y buscaban ser perfectas ante los ojos de la sociedad. La mayoría de los hombres más cod...