Contrato de Confidencialidad.

Lenta Seducción

Llegamos al departamento de Martina en un tiempo récord de 20 minutos.
Ya sin la ayuda del staff, sin ningún problema el chico pudo cargar a mi amiga.

Entramos al edificio callados y tomamos el ascensor de igual manera. Pero apenas y se cerraron las puertas, Namjoon me voltea a ver y con una preciosa sonrisa me dice:

—En un espacio tan pequeño tu perfume es lo único que puedo percibir. Solo puedo imaginar como aumentaría si estuviera besándote el cuello o mejor aún, entre tus pechos.

—¿Cómo es que puedes decirme algo como eso sin inmutarte? ¿No eres de una cultura increíblemente conservadora?

Las puertas del ascensor se abren en el piso de Martina. Salimos de éste y mientras abro la puerta de su departamento me responde:

—Soy un hombre seguro de lo que quiero y soy directo: te deseo y a decir verdad, las ganas qué estoy sintiendo por ver lo que hay debajo de ese vestido me están matando.

—Creo que mejor te enseño el camino a su habitación para poder irnos.— Le respondí con la respiración agitada y honestamente excitada.

Señalé el camino como una autómata y el me siguió. Me hizo sentir tan deseada, que no estaba pensando con claridad. Por lo que una vez que la dejo a salvo en su cama, estiré mi mano y lo acaricié. Subí desde su muñeca, sus bíceps, su cuello. Resbalé mi uña por su pecho y pude sentir cómo dejó de respirar, seguí viajando por su abdomen y me detuve en el cinturón.

De repente estaba pegada en la pared, con las piernas enredadas en su cintura y el hombre me estaba besando mientras apretaba con fuerza mi trasero... Pero era más que eso... Estaba siendo consumida. Jamás me habían besado así. Quería más. Necesitaba más.

—Por mucho que quisiera más de ti preciosa Alba,— susurró Namjoom a mi oído— no creo que ni noqueada, tu amiga sería capaz de permanecer dormida con los gritos que te voy a provocar.

Voy a morir. Voy a caer muerta de un infarto si sigue diciéndome éstas cosas.

—Entonces vámonos.— Dije bajándome de él.

—Vámonos.— Respondió tomando mi mano.

El silencio nos siguió todo el trayecto desde que salimos del cuarto de mi amiga, hasta que nos subimos a la camioneta.

—Bueno, Alba. Me parece un poco maleducado estar a punto de que revolvamos las sábanas, sin antes conocernos un poco. Dime, ¿a qué te dedicas?

—Ja ja ja. Ok. Me parece justo. Me dedico al tema de política, relaciones internacionales, paz mundial y esas cosas.

—Bonita, amable e inteligente, ¿hu?

—¿Tan poca información y ya sabes que soy inteligente?

—Te he escuchado hablar 3 idiomas, preciosa Alba. En la sala de tu amiga hay una foto de ambas con toga y birrete, asumo que de una titulación universitaria y te preocupaste por tu amiga lo suficiente como para retrasar esto. Así que sí, eres bonita, amable e inteligente.

Entonces era observador, pero tanta atención en mi me hacía sentir rara.

—No sé qué responderte.

—Puedes acercarte a mi en la siguiente luz roja y besarme.

—No.

—¿No?

—Namjoon... Estoy muy excitada. Si te beso puede que haga combustión espontánea y también deberías dejar de mirarme así.

—¿Cómo te estoy mirando?

—Como si... Como si me estuvieras desnudando con la mirada.

—Considéralo tu culpa. Tienes un cuerpo que se ve delicioso y muero por probarte. Además, supongo que lo haces de manera inconsciente, pero con cada minuto que pasa tus piernas se abren más. Tu pecho y cuello están rojos. Te humedeces constantemente los labios. Solo estoy respondiendo a lo que estoy viendo, Alba.

—Deberíamos mantener la vista al frente y también quedarnos en silencio.

—Ja, ja, ja. Como ordene, señorita.

Juro que podía oler la tensión en el aire dentro de la camioneta, así que para despejar el ambiente abrí las ventanas, ganándome una ligera risa de mi copiloto. ¿No le dije que quería silencio?
Faltan cuatro cuadras para llegar al hotel.

Solo 4 cuadras.

¿Cómo es que aún con las ventanas abiertas su perfume inunda mis fosas nasales?

Solo 3 cuadras.

Pon atención a la calle, Alba. No te distraigas.
No aceleres.
Tranquila.
Relájate.
Respira.

Solo 2 cuadras.

La imagen de él besándome en el departamento de Martina me bombardea la mente. ¿Cómo se sentirá esa lengua en mi entrepierna?

Solo una cuadra.

¿De verdad esto está pasando? ¿Estoy a punto de estar en cuatro para una estrella de nivel mundial?

Estuve en silencio como ella me pidió. Pero tuve que hablar cuando la van se detuvo justo en la entrada del hotel.

—Llegamos, Alba.

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Listo. Una nueva actualización de ésta historia. Ojalá les agrade
Jajajaja. Me siento como una loca cuando escribo estos pedacitos, siento que le hablo a la nada. Lo más seguro es que sí 🤣🤣🤣