All Night

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Paso mi lengua lengua lentamente desde la base hasta la punta, para después soplar suavemente por todo el rastro de mi saliva y fui recompensada con el gruñido gutural más delicioso que he escuchado

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Paso mi lengua lengua lentamente desde la base hasta la punta, para después soplar suavemente por todo el rastro de mi saliva y fui recompensada con el gruñido gutural más delicioso que he escuchado.

-Alba, por favor.

Creo que ya es tiempo de dejar de jugar. Me separé un poco y me lamí la mano derecha para llevarla a sus testículos y acariciarlos, mientras meto la mitad de su longitud en mi boca y empiezo a chupar.
Al principio solo es la mitad, pero lentamente voy conquistando cada milimetro de su miembro, hasta que logro tenerlo todo dentro de mi boca, lo siento tocando la campanilla al final de mi garganta, haciéndome tener pequeñas arcadas.

-Así, Alba. No te detengas, preciosa.- Me rogó Namjoon.

Él tomo mi cabello en un puño y de manera suave, pero a la vez exigente, me embestía la boca. Poco después tuve que empujarme hacia atrás un poco, anhelando tener respiraciones profundas.

-Esperaba que esto fuera bueno, pero vas mucho más allá de mis espectativas.- Me da un cumplido con la respiración agitada, mirándome directamente a los ojos.

Toma mi cuello con mucha delicadeza y hace que me ponga de pie.

-Mi turno.

Mi mente ha abandonado mi cuerpo, dejando a cargo a mi parte más primitiva, la que quiere probarla y que se retuerza en mi lengua

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Mi mente ha abandonado mi cuerpo, dejando a cargo a mi parte más primitiva, la que quiere probarla y que se retuerza en mi lengua.
Esta mujer es... No hay palabras. Es una condenada campeona. He estado con bastantes mujeres: herederas, CEO's, escorts, fans, trainees, colegas y más, pero Alba... Alba resalta.

La dirijo a mi cama y hago que se recueste, me pongo encima de ella y la beso. Ella me corresponde de manera muy entusiasta y eso me hace querer darle más y ver qué otras reacciones me regala.

Empiezo mi descenso lentamente, beso su cuello y descubro unos pequeños lunares que caen de su hombro a su pecho izquierdo y me recuerdan a una lluvia de estrellas... Que curioso.

Una vez en su pecho, soy recibido por un par de pezones pequeños, erguidos, duros y sumamente desables. Rodeo uno con mi lengua, mientras que al otro le proporciono atención con mi mano y le doy peqeños pellizcos. Lo que emerge de sus labios me sorprende gratamente:

Contrato de Confidencialidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora