Hola, Alba. Soy Namjoon.

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Namjoon se despertó al sonido de su alarma a las 8 am

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Namjoon se despertó al sonido de su alarma a las 8 am. Se estiró en la cama, sintiendo la pesadez de los últimos días en su cuerpo. Sabía que tenía un día largo por delante. Se levantó y se dirigió a la cocina para prepararse su proteína matutina, mezclándola con precisión antes de beberla de un solo trago.

Después de vestirse con ropa deportiva, tomó su bicicleta y salió hacia las oficinas de Hybe. El aire fresco de la mañana lo despejó un poco mientras pedaleaba, disfrutando de la tranquilidad que solo los parques que colindan con el río Han ofrecen.

Una vez en el edificio de la empresa, se dirigió directamente al gimnasio. A las 9 en punto, empezó su sesión de pesas, levantando con fuerza y determinación. El entrenamiento físico siempre había sido una forma de despejar su mente, y hoy lo necesitaba más que nunca. Cuando el reloj marcó las 10, Namjoon se secó el sudor de la frente y se dirigió al estudio de baile.

Este estaba lleno de energía. Este sería su último concierto como Bangtan en Busán antes de irse al servicio militar, después todos empezarían a trabajar en sus proyectos en solitario y todos estaban dando lo mejor de sí. Namjoon se unió a los ensayos, moviéndose no con tanta precisión, pero sí con pasión mientras repasaban cada coreografía. Cuatro horas después, estaban exhaustos pero satisfechos con el progreso.

Aprovechando un momento de descanso, y de que todos estaban absortos en los juegos de Jungkook y Jin, Namjoon se acercó disimuladamente a Yoongi, buscando información

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Aprovechando un momento de descanso, y de que todos estaban absortos en los juegos de Jungkook y Jin, Namjoon se acercó disimuladamente a Yoongi, buscando información.

—Oye, Yoongi,— dije, tratando de sonar casual.— ¿A dónde fuiste después de que saliste tras el equipo de la cancillería mexicana?
Yoongi levantó una ceja. —¿Preguntas por el equipo de la cancillería mexicana o por tu amiguita? Se claro, Nam. Sabes que no me gusta entretener las divagaciones ajenas. Solo tengo tiempo para las mías.
—Ok. ¿Porqué fuiste detrás de Alba, hyung? Sabes que ella y yo...
—¿Ella y tu? A mi me dio la impresión de que no fuiste el más caballeroso en tu despedida con ella, Nam.
—Con todo respeto hyung, eso es algo entre ella y yo.
—Eso es lo que escuché.— Dijo para sí mismo, pero alcancé a escucharlo.
—¿Cómo?
—Nada, Nam. Solo salí a comer. Sé que eres nuestro líder, pero según yo, ya no teníamos agenda después de la reunión y no tengo que pedir permiso para llenarme las tripas, ¿verdad?

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