Tal vez mis miedos eran infundados, nadie estaba acosando a nadie, nada estaba siendo aspirado, hasta las bebidas tenían un mínimo porcentaje de alcohol y los aperitivos eran deliciosos.
Yo estaba en la parte de atrás engullendo un canapé, con la boca llena y comida en la comisura de mis labios, cuando alguien justo detrás de me preguntó:
—¿Te está gustando la comida?— Saltando por el susto me volteé para ver al chico alto.— Si no supiera que vienes del concierto, podría jurar que estás aquí solo por los pasteles y canapés y no por nosotros.— Dijo riéndose bajito, como para no llamar la atención a nuestra pequeña esquina.
Con dificultad pasé el bolo de comida. Que vergüenza, por Dios. —Lo siento, es que no he comido nada el día de hoy. Por supuesto que estamos aquí por ustedes, mi amiga jamás hubiera desperdiciado la oportunidad de conocerlos por nada del mundo. Por cierto, muchas gracias por invitarnos. Hicieron a mi amiga la mujer más feliz del mundo.
—¿Y a ti? ¿Estás feliz por conocernos?
—Claro, estar en la misma habitación que personas tan talentosas siempre es muy enriquecedor.
—Ja, ja, ja. ¿Porqué hablas así? Tan formal. ¿No te dijeron que es una fiesta y no un evento de negocios? ¿Y porqué hablas solo sobre tu amiga? ¿Qué hay de ti?
Bueno, no pensé que alguien me fuera a preguntar algo que me expusiera así. Con toda la pena del mundo, me atreví a responder con honestidad
—Para ser completamente honesta... No soy Army, mi amiga lo es y yo solo fui la que patrocinó los boletos. Sé que me viste en el concierto, —asintió con una sonrisa avergonzada. Hermoso.— sé que notaste que estaba familiarizada con ustedes, pero eso fue por ella que insistió en que me aprendiera las coreografías y letras. Ojalá que no nos corras de aquí.
—Oh... ¿Entonces no te gusta nuestra música?
—Oh, no, no, no, no. No me malinterpretes, creo que después de ésta noche, me voy a hacer fan. La música, las letras, su vibra... Wow. De verdad, creo que son increíbles.
—¿Y yo?
—¿Mmm?
—¿Qué opinas de mi?
De repente noté que la cordial distancia con la que iniciamos éste pequeño intercambio, ya no estaba. De hecho, él tenía una mano apoyada en la mesa detrás de mí, con su rostro muy pegado al mío... Podía sentirlo. Podía sentir su cuerpo pegado a mi piel. Podía inhalar su perfume. Diossss. Que bien olía.
—¿Cómo te llamas?— Me preguntó trayendome de vuelta.
—Alba.
—¿Qué opinas de mi, preciosa Alba?
ME MUERO. ¿Cree que soy bonita?
—Creo que eres un excelente rapero.—Le dije usando todo en mi para no tartamudear o derretirme.— Creo que dejas ver la pasión que sientes por la música y el amor que le tienes a tus compañeros. Creo que exudas confianza— ¿Me atrevo?— y sensualidad.
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Contrato de Confidencialidad.
FanficTú sabes lo que es. Sabes lo que conlleva. Sabes que lo quieres firmar. Sabes que es un secreto que te vas a llevar a la tumba. Entonces... ¿firmarás?