CAPÍTULO 1: Un Sueño Muy Real

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La lluvia torrencial golpea con fuerza mi tejado mientras duermo plácidamente, pero el ruido de la manija de la puerta me despierta; alguien ha entrado en mi habitación...

Todo está muy oscuro y; sin embargo, la luz de los relámpagos que atraviesan la ventana, me permite ver perfectamente su silueta masculina acercándose lentamente; sus pasos son precisos, pero silenciosos y a pesar de que no logro ver su rostro, lo reconozco, es él de nuevo...

Mi cuerpo no reacciona de ninguna manera ante su presencia, solamente me quedo quieta mientras camina hacia mí y distingo con cada paso suyo una vez más la galanura masculina que lo caracteriza.

Los latidos de mi corazón se vuelven desenfrenados cuando se sienta en el borde de la cama y aspiro su olor, mientras acaricia mi mejilla suavemente con el dorso de su mano.

—Te extrañé —susurro.

—Silencio. —Se acerca un poco más y retrocedo para darle espacio en la cama.

—Bésame. —Su dedo índice puesto en mi boca interrumpe mi súplica, como suele hacer cada vez que hablo.

Con su mano izquierda acaricia las ondas de mi cabello, mientras que su mano dominante viaja por mi barbilla y resbala por mi cuello, para terminar erizando la piel de mi hombro izquierdo; el toque de su piel caliente y ligeramente áspera, me obliga a dejar escapar un suspiro silencioso.

Cuando su boca se acerca a la mía y su aliento golpea suavemente mis labios, cierro los ojos, esperando ansiosamente que calme mi sed por sus besos; sin embargo, el calor de su respiración se desplaza hasta mi sien y empieza a descender despacio por mi cuello, consiguiendo erizar cada poro que acaricia su aliento. Mi cabeza pierde fuerza y expongo el cuello, dejándome llevar por esa sensación relajante que me produce.

Mis manos son un poco impacientes, no aguantan la tentación de tocarlo y se deslizan desde sus antebrazos, hasta sus hombros y, finalmente, se envuelven alrededor de su cuello. Mis labios suplican por los suyos cuando su aliento los golpea de nuevo, así que no pregunto y simplemente lo beso... me apodero de su boca con los ojos cerrados, disfrutando de ella milímetro a milímetro, mientras él hace lo mismo con la mía.

Esta vez no hay prisa; los dos lo sabemos, mientras dejamos que nuestros labios se exploren y disfrutamos de la cercanía del otro. Su presencia me produce tanta paz, que me dejo llevar por la sensación de estar flotando y mi cuerpo cae lentamente sobre la cama, arrastrando el suyo...

Nos quedamos acostados uno frente al otro, abrazados en la cama, mientras nuestras respiraciones se mezclan y el latido de los dos corazones acompaña el sonido de la lluvia, que se volvió melodioso y tranquilo.

Trato de descifrar esos rasgos faciales perfectos en medio de la oscuridad y no lo consigo; sin embargo, el deseo de mantenerlo siempre cerca sigue intacto, aunque sé que una vez más no obtendré una respuesta a esa pregunta...

—¿Quién eres?

✍(◔◡◔)

¡Tilín, tilín!; ¡plaf!

Suena el despertador, seguido del ruido que hace en el suelo al caer por el golpe de mi mano, la cual estiré por la molesta y repentina interrupción del aparato; ese pequeño instante de sonido, hizo que el hombre del que estoy completamente enamorada se esfumara.

«Ya no me agradan tanto tus regalos, abuela»...

La luz del sol que golpea mi rostro me obliga a luchar por desprenderme de la cobija para levantarme.

El universo que inventamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora