7. Decisiones estúpidas

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Viernes 22:10

Lo sigo hasta su cocina y me siento en la encimera mientras lo veo totalmente concentrado leyendo la caja del cacao.

—¿Cacao para hornear?— pregunto mientras sigo observando como lee con total concentración.

—Si, la casera lo consiguió para mi— responde mientras la leche comienza a calentarse —Dice algo sobre cacao extra fuerte aquí, 5 cucharadas de cacao...

—¿No recuerdas como hacerlo?— pregunto ladeando la cabeza con una sonrisa.

—Si, pero quiero que quede perfecto— camina hasta un cajón que está al lado de mi para sacar una cuchara, luego da una mirada hacia mi y se coloca delante para inclinarse, me quedo estática en mi lugar mientras siento la cercanía, su aroma me envuelve de una manera que me aturde, invade mi espacio personal pero me confunde que mi primer reflejo no es alejarlo, sino esperar para averiguar que planea, la falta de espacio personal dura apenas unos segundos al haberse acercado para alcanzar el bote de azúcar de detrás de mi, pero la sonrisa en sus labios continúa después de alejarse.

—¿Por qué no vives en Dominó cerca de tu mamá?— pregunto moviendo mis pies en el aire.

—Porque mi mamá es una perra.

—Oye— le digo asombrada —Sigue siendo tu mamá.

—¿Y qué? ¿No debería ser honesto?

—Estas siendo un completo misógino con ella— me quejo mientras aparto la mirada de él, sintiéndome incómoda de pronto.

—¿Así que solo debo ser honesto si es políticamente correcto?— responde con un tono borde, mirándome —Además, no la conoces, si lo hicieras te darías cuenta que no es misógino decirle a alguien lo que es.

—¿Ha llamado Daniel?— pregunto cambiando de tema.

—No.

—Tienes que mirar tu teléfono para eso— me quejo y él saca el celular de su bolsa del pantalón y me muestra la pantalla sin una notificación reciente.

—Mierda— dice cuando el cacao comienza a desparramarse.

Con el cacao en mis manos y esperando a que se enfríe camino por su sala observando todo con detenimiento, se que el me observa sentando en el alféizar de la ventana, pero no parece molestarle que este husmeando sus cosas, le doy un sorbo a mi cacao ahora frío y siento el sabor delicioso recorrer mi boca.

—Oh, por dios— le digo acercándome a una caja, y abriéndola para revelar las sudaderas de su bus —¡La sudadera de todas las sudaderas!

Él suelta una risa echando la cabeza hacia atrás.

—¿Quieres una?— dice divertido.

—¿Puedo tenerla? Es muy popular en la escuela, el sueño de todos— mi respuesta sarcástico hace que él vuelva a reír —¡No puede ser! ¿Una guitarra también?— le digo sorprendida acercándome a ella —¡Eres el paquete completo! Muy dulce.

—Dulce, en efecto— dice él.

—Si, ¿Qué tocas?— pregunto mirándolo —Además de a las chicas, claro— Brandon carcajea luego de escucharme, paso mi mano por las cuerdas y sueltan un sonido dulce —¡Un sonido! Entonces si es real.

—Ya suficiente— dice acercándose a mi para quitarme la guitarra y yo pongo una mano en su pecho para frenar su avance, el rueda los ojos antes de sentarse en el sofá frente a mi.

—Espera, ya lo se, se lo que tocas Brandon, se que usas— le digo mirándolo con atención, deslizo mis manos por la guitarra —¡Se lo que es! ¿Coutry?— tocó el ritmo en la guitarra —No, no es, ¿Es algo romántico en extremo? ¿Verdad?— ahora tocó una balada muy suave y él no aparta su mirada de mi a pesar de que quiere reírse —¡Ya lo tengo! Ahora lo se Brandon, se tu secreto musical— siento la canción rondar por mi cabeza y comienzo a tocar la canción.

Skam (Winx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora