Epílogo

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Un año después…

Llegaron con dos semanas de adelanto. Dos bebés de pelo negro, uno con los oscuros ojos de su padre y el otro con un azul turbio que evolucionaría a un color más claro con el tiempo.

En ese momento, apenas veinticuatro horas después, en la habitación del hospital, Alfonso contemplaba a los dos apoyados en almohadas, mamando de los pechos de su madre.

—¡Dios! —dijo, acariciando a los dos bebés—. Nunca he visto nada tan bonito. Me has hecho el hombre más feliz del mundo.

—¿No son perfectos? —dijo Anahí.

—No me sorprende —dijo, besándola en la frente—, con una madre perfecta…

Alfonso la ayudó a colocar a los dos bebés en unas cunitas que había al lado de la cama.

—Ya sólo nos falta buscar los nombres perfectos —dijo ella—. ¿Has vuelto a pensar en llamarlos como tus padres?

—Christopher y Camila —sonrió—. Me gusta mucho. El niño podría llamarse Christopher Nathaniel, ¿no te parece?

—¡Oh, Alfonso! —dijo ella con un nudo en la garganta—. Llamarlo como a mi hermano significará tanto para mis padres… para todos.

—Lo sé. Y si fue, como dice el terapeuta, la muerte de tu hermano lo que llevó a tu padre a la desesperación y al juego, a lo mejor este niño le ayuda a salir. Y para Camila… —se inclinó sobre la recién nacida y la acarició con las yemas de los dedos—. Debería llamarse Ámbar. Ámbar Camila —se volvió hacia Anahí —. ¿Te
gusta?

—Sí, pero no entiendo… ¿Por qué Ámbar?

Llevó las manos de las mejillas de su hija a las de su esposa.

—La respuesta está aquí, en el color de tus ojos. Me encanta cómo cambian de color cuando te enfadas, o brillan como el oro cuando eres feliz, o se derriten cuando hacemos el amor. Quiero llamar a nuestra hija como tus bellos ojos… los ojos de la mujer que amo. Y te amo, Anahí, con todo mi corazón.

Y el hombre al que amaba se inclinó sobre ella y la besó con tanta ternura, que pudo sentir como el amor que le estallaba en el pecho, la envolvía entera.

Su marido podía no haber creído en cuentos de hadas, pero ella sabía que su felicidad acababa de empezar.

Fin.

Boda por venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora