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Las semanas fueron pasando y en la granja Kanawut todo parecía seguir igual, ya que el omega se iba a trabajar y su madre lo ayudaba en lo que podía.

Sin embargo los ánimos ya no eran los mismos pues estaban muy tristes, ya que a pesar de saber que el alfa estaba donde pertenecía, no podían evitar echarlo mucho de menos con sus gruñidos y sus quejas.

Recordando a cada rato, los últimos días con él habían sido los mejores pues éste había bajado del todo su mal humor y se había dejado llevar por las circunstancias en las que estaba viviendo.

El omega era el que peor lo llevaba, sobre todo en las noches pues dentro de él sentía un vacío enorme y con nada se llenaba, le era un tormento estar sin el mireno, soñaba con él, lo extrañaba horriblemente y lo deseaba con todas sus fuerzas.

Aunque gracias a los Duques podían vivir más cómodamente y comprarse todo lo que necesitaban, se sentían más pobres que nunca, más tristes y más desgraciados pues notaban la soledad enorme en la que vivían y la falta que hacía el alfa en sus vidas.

Pasadas tres semanas sin noticias, Gulf no aguantó más, así que fue al pueblo y gastó algo de dinero en hacer una llamada a Bangkok.

Tras marcar el número que este le había dado, esperó hablar con él pero no pudo localizarlo, ya que al parecer estaba en uno de sus juicios y se demoraría toda la mañana pero May prometió darle el recado y al día siguiente le devolvería la llamada.

Entusiasmo al día siguiente, acudió a la centralita pero pudo hablar con él ese día tampoco, ya que al parecer había dejado recado de que estaba muy ocupado con sus cosas y que le llamase en otra ocasión.

Luego de eso y durante una semana, cada día el omega acudió al pueblo esperando con ansias que hubiese un recado del alfa pero no fue así, entonces volvió a llamar sin éxito durante un tiempo más, hasta que un día luego de un largo mes,se dio por vencido y dejó de insistir.

Con gran tristeza los omegas asumieron que el alfa estaba muy contento en su vida y no había cabida para ellos en su pensamiento.

Aunque creyeron que había sido de otro modo, los dos meses que habían pasado juntos, al aparecer para Mew había quedado en el olvido, así que el omega con todo el dolor de su corazón y el dolor de su cuerpo, se propuso olvidarlo.

El tiempo pasó y mientras tanto en Bangkok, todo salió perfecto gracias a Off Jumpol y a la policía pues tras unos exitosos juicios, Mew Suppasit recuperó su identidad, su empresa, su casa y sus negocios.

McIntosh y Pekul fueron encarcelados por fraude, estafa y por haberlo dejado abandonado a su suerte en un lugar solitario, sin auxilio y en otro país.

Aunque en todo ese tiempo que duró esa hazaña, los omegas estuvieron presentes en la mente del alfa pero quiso actuar bien y recuperar todo lo que era suyo primero pues por eso era por lo que había regresado.

Cuando ya estuvo en su casa con Mild y May, bajo el mismo techo y atendido como si nada hubiese pasado, con sus empresas prosperando después de todo y su dinero volvió a sus cuentas del banco, el alfa entonces empezó a sentirse más vacío que nunca, a pesar de haberlo recuperado todo.

No había hecho mucho caso mientras había estado preocupado por sus propios problemas pero ahora que estaba todo solucionado, sentía que su vida no era plena, no estaba feliz y lo que antes lo llenaba, ahora ya no.

No tenía ganas de fiestas y ni siquiera la bebida, ni las grandes y ostentosas celebraciones lo contentaban, nada de eso le interesaba ya.

El alfa intentó llenar ese vacío con la compañía de muchos omegas pero no conseguía que esa sensación se fuese.

Sabía que la culpa era del recuerdo de Gulf y de esos dos besos apasionados que le había regalado.

También era culpa de su preciosa sonrisa, de su precioso cuerpo, además de la personalidad tan fuerte que tenía, de su amable carácter, quien al principio le había irritado pero acabó por admirar profundamente.

Finalmente decidió llamar al pueblo de Chapel Holmes, desde dónde había recibido las incesantes llamadas del omega semanas atrás y le dejó un mensaje pero pasaron varios días y no recibió respuesta,entonces este pensó que el omega ya no querría saber nada de el.

Durante un mes este se mostró abatido y triste por no saber de Gulf y harto, no lo soporto más y entonces decidió viajar a Inglaterra para visitar a los omegas y saber de ellos, en un intento de devolverles al menos la cantidad de dinero que él consideraba, que había válido todo lo que habían hecho por él tiempo atrás.

Ya era verano, habían pasado seis meses y todo lucía muy diferente a como recordaba, entonces alquiló un coche y se fue directo a la granja de los Kanawut, en dónde había pasado los casi dos meses más increíbles de su vida.

Según iba llegando, sus recuerdos fueron volviendo y entonces se sintió muy culpable por no haber sabido nada de ellos durante todos los meses que habían pasado y ni haberse despreocupado de ellos, por el mero hecho de solo querer recuperar lo suyo.

Cuando llegó, se encontró una granja vacía, ya no estaban los animales, ni había hortalizas plantadas en la huerta, tan solo había mucha cantidad de frutas tiradas por el suelo, caída de sus árboles.

Decidido entró en la casita y vio que estaba vacía, la cama de Gulf, en la que él había dormido tan solo tenía el colchón y la cocina en la que Anne había cocinado tantas cosas ricas y sencillas, ahora estaba llena de polvo y telarañas.

Entonces regresó al pueblo y empezó a preguntar qué era lo que había sucedido con la granja Kanawut, hasta que un amable y anciano alfa le dijo que la pobre omega había caído muy enferma y se había muerto un mes atrás.

Le dijo también que Gulf roto de dolor y amargura, había cogido el dinero que tenía y se había ido de allí.

...-Al parecer ya no quiso vivir más en esa ruinosa granja. Dijo que todo le recordaba a su madre y a un alfa del que no volvió a saber nada. El pobrecillo tenía el corazón hecho pedazos.

Mew asintió y volviendo al coche suspiró con tristeza.

-Oh Dios Anne, perdóname y tú Gulf..no puede ser, precioso, ¿A dónde demonios te habrás ido ahora?

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😥😥😥

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31. Esperando a mi omega- Parte 1- MewGulf - Omegaverse  TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora