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Mew Suppasit abrió los ojos y miró con extrañeza el techo, éste estaba lleno de humedades, entonces giró su cabeza y se encontró con un mueble lleno de libros y al otro lado un espejo muy viejo.

Confuso, se incorporó con dificultad en la cama y miró a su alrededor, comprobando sorprendido que eso era todo  mobiliario que allí había.

-¿Pero qué es esto?... ¿Dónde coño estoy?—se preguntó molesto.

Rápidamente se destapó y echó sus pies al suelo, los cuales le dolieron horrores, entonces vio que tenía unos grandes vendajes en ellos.

-Ay joder, mi cabeza pero ¿Dónde estoy?, ¿por qué tengo esto en los pies?, ¡Mild!, ¡May!-gritó mirando hacia la puerta.

Desesperado intentó ponerse de pie pero no podía sólo, así que se quedó gritando hasta que la puerta se abrió y con asombro contempló que una desconocida y humilde omega apareció ante él.

-¿Quién diablos eres tú pordiosera?, ¿Qué mierda hago yo en esta pocilga?-gruñó el alfa molesto.

-¡Oiga señor!, ¡ésta es mi casa y no le permito que me hable así!—Le gritó furiosa Anne—...¡Le he permitido quedarse aquí, porque mi hijo es un bendito pero si no nos respeta, lo echaré!

—¿Por qué tienes un acento tan extraño?, ¿No eres tailandesa verdad?

La omega asintió

—Si lo soy, aunque el idioma lo tengo un poco oxidado.

Mew gruñó de nuevo algo que esta no entendió pero finalmente asintió  calmándose un poco.

-¿Por qué estoy en tu pocil...en tu casa omega?, ¿Por qué no estoy en mi mansión?, ¿Dónde está mi chófer y mi limusina?-volvió a preguntar.

-¿Mansión?, ¿chofer?, ¿limusina?... ¿usted está mal de la cabeza?. Mi hijo lo encontró tirado con lo puesto en el camino y lo trajo aquí anoche.

-¿Su hijo?, ¿Y dónde está su hijo?.... llámelo, quiero que me aclare porqué me sacó de mi fiesta y me trajo aquí- exigió el alfa.

Anne resopló muy descontenta y salió a la parte trasera de la casa, donde Gulf partía leña para la chimenea.

-¡Hijo!, ¡hijo, ¡ven, el alfa se ha despertado!-Le gritó desde la puerta- ¡Habla tailandés y creo que está loco!

El omega se acercó muy asombrado.

—Pregunta por su limusina y dice no se que de que te lo llevaste de una fiesta-le explicó su madre-Es un grosero y quiere saber cómo lo encontraste. Ten mucho cuidado hijo.

El moreno omega frunció el ceño ante lo que su madre le acababa de decir y rápidamente se limpió las manos y entró a la casa para ver que le pasaba al alfa.

Este abrió la puerta de su habitación y encontró a Mew sentado en su cama y mirando los vendajes.

-Buenos dí-ías señor, Soy Gulf Kanawut. Que bien que ya e-esté mucho mejor.

El alfa levantó su vista para encontrarse con un sudoroso y sucio pero hermoso omega, el cual lo miraba fijamente y aunque algo se le movió por dentro, siguió con su actitud soberbia y dominante.

-¿Tú eres el que me ha traído aquí a ésta pocil....a ésta casa?....¿Por qué lo has hecho? —preguntó insistentemente molesto— ...¿cuánto te ha pagado por retenerme aquí?, Te pagaré el doble. Llévame de vuelta a mi mansión y allí te daré lo que me pidas. En mi caja fuerte tengo mucho efectivo.

El omega negó.

—Señor, no sé de que habla.  Yo me lo encontré a un lado de la carretera desmayado y lo he traído para mi casa y mi madre y yo le hemos curado los pies.

El alfa entonces suspiró confuso pues no entendía nada de lo que estaba pasando, ya que al parecer no había sido una pesadilla.

-¿Cómo he llegado entonces?, ¿Por qué tengo esta horrible y vieja ropa puesta?

El omega miraba atentamente y no podía evitar reírse internamente, ante el alfa que tenía delante, quién aunque era muy cascarrabias, se veía muy tierno.

-¿Cómo se llama señor?, ¿tiene hambre?, mi madre le preparará un delicioso desayuno. Venga yo lo llevo-dijo este extendiendo sus brazos para cargarlo hasta la mesa.

-¿Qué estás intentando hacer pordiosero?, ¡no me toques!-gruñó el alfa furioso.

El omega entonces se apartó rápidamente.

-Só-Sólo quería llevarlo a la mesa, ¿Cómo cree que lo he traído desde la camioneta hasta mi cama?- se explicó este, embriagado por las feromonas que desprendía el alfa, que aunque eran de furia hacían que su interior se derritiera.

-¡No tengo hambre maldito vagabundo!, ¡solo quiero saber que demonios hago aquí!.-gruñó Mew de nuevo.

El omega resopló molesto pues se cansó de la mala actitud del alfa y no le iba a permitir que le gritase así, ni a su madre, ni a él y mucho menos que los insultase o los despreciase.

Creía que era un desagradecido, después de que lo había ayudado de buena fe cuando estaba tirado con sus ropas rotas y casi moribundo en medio de la nada.

-Mire...señor...baje su tono.... Ésta es nuestra casa y no le permitiré que nos diga barbaridades ¿entendido?

-Tú y tu madre sois unos omegas fuera de lo común- dijo entonces el alfa sorprendido- tenéis mucho carácter, además de que tenéis un acento extraño, ¿Dónde están vuestros alfas?

Gulf suspiró resignado, luego se acercó nuevamente y se puso de cuclillas sonriendo, descolocando nuevamente al alfa.

-Miré señor. Yo lo encontré tirado en la orilla de la carretera. Usted estaba muy mal y luego lo subí en mi camioneta y lo traje aquí. Mi madre y yo le hemos curamos sus pies destrozados pues al parecer ha caminado mucho, ¿En verdad no se acuerda de eso?, ¿De dónde viene usted?, ¿Cómo se llama?

El alfa resopló.

-Me llamo Mew Suppasit y soy el dueño de una millonaria empresa—dijo este bajando su tono— es muy conocida en la cuidad y tengo mucho dinero. Y sobre lo de recordar pues yo...yo estaba en mi fiesta de cumpleaños, en uno de mis edificios, bebí y.....y... ya no me acuerdo de más-dijo sujetándose la cabeza muy confuso.

-¿En la ciudad?, ¿Ha venido desde la cuidad andando?—preguntó el omega  mirándolo ahora confuso también—...¿y cómo es que ha terminado con esa ropa vieja si es un millonario?

—¿En serio no sabes quién soy, omega? pero si soy uno de los alfas más ricos de Bangkok, ¿Acaso no ves la televisión, los periódicos?—preguntó el alfa con altanería.

-¿Bangkok?, ¿Tailandia?, ¿Y qué está haciendo en nuestro país?, ¿Ha venido de vacaciones como lo hizo mi padre?

—¿Cómo qué de vacaciones en vuestro país?, ¿Acaso estás loco?, ¿De que hablas omega?

-Señor Suppasit, ¿En dónde cree estar?

El alfa resopló con fastidio.

—En alguna parte de Tailandia, por supuesto

Gulf negó con preocupación

—Señor, usted no está en Tailandia. Usted está en Inglaterra.

-¿¿¿¡¡¡IN-INGLATERRA!!!???

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31. Esperando a mi omega- Parte 1- MewGulf - Omegaverse  TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora