31. Esperando a mi omega- Parte 1- MewGulf - Omegaverse Terminada

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Mew estaba asombrado y muy enfadado.

-¿Inglaterra?, p-pero ¿Qué mierda hago yo aquí?, Esto es una broma, ¿verdad omega?

-Pues no lo sé señor...Como le dije yo lo encontré tirado en un lado de la carretera muy mal herido y me lo traje. No sé que le haya ocurrido antes pero sin duda ha venido desde muy lejos caminando... Sus zapatos estaban muy dañados y ni que hablar de sus pies, ¿no sé acuerda?.

El alfa miró fijamente al omega, el cual era muy hermoso pero extraño y parecía muy tranquilo, a pesar de estar con un alfa furioso como él, en la misma habitación.

-¿Cómo has dicho que te llamas omega?-preguntó entonces.

-Gulf Kanawut y ella es Anne, mi madre.

-Vuestro apellido es tailandés.

El moreno asintió.

-Así es, mi padre vino aquí de vacaciones desde Tailandia y madre nació allá pero vino de muy niña aquí. Se conocieron y nací yo.

El alfa reparó en que a pesar de su delgadez y juventud, el moreno omega era fuerte y a diferencia de otros con los que de había topado, no temblaba, ni gemía apestando a deseo.

Comprobó además que Gulf tenía unas lindas y tiernas facciones pero sin embargo le hablaba de frente como si fuesen iguales y se hubiesen tratado de toda la vida.

-Señor Suppasit...Oiga.. - lo llamó el moreno, al ver que el alfa se había perdido en sus propios pensamientos-oiga

-¿Qué?, ¿qué es lo que pasa?

-Le he preguntado que si no se acuerda de nada... lo de caminar mucho o lo de desmayarse dónde lo encontré.

El alfa negó con la cabeza.

-No, ya te dije que lo último que recuerdo es estar en mi fiesta, saludar y beber... beber hasta dormirme como siempre, supongo que me drogaron. Aunque espera...recuerdo algo

-¿Él qué?

-Recuerdo que ....oh joder mi cabeza- se quejó el alfa de repente agarrando el brazo de Gulf.

-¿Qué le ocurre?

-Me acuerdo de algo...el ruido de un motor y lu-luego una risa fuerte....-habló mirando a este-... Es muy probable que alguien me sacara de la fiesta, me drogase, me subiera a un avión y me dejara en este país, en medio de la nada. Estuve caminando hasta que me desmayé- el alfa empezó a atar cabos.

-¿Y por qué le harían eso?-preguntó extrañado el omega.

-Tengo muchos enemigos muchacho...En Bangkok muchos alfas del gremio me envidian y quieren mis empresas, mi dinero y mi posición. Ellos ansían mi vida.

-Pero, ¿no pueden hacerle eso?, podrá usted recuperarlo todo ¿verdad?

Mew volvió a mirar al omega fijamente.

-Espero que si muchacho, sino estoy perdido.

De repente tras ellos apareció Anne, quién los miró y resopló preocupada.

-El desayuno se enfría y el trabajo espera, hijo... El alfa deseará algo más o nuestra mugrosa comida le asquea también.

-Madre venga, no sea tan dura...el señor Mew solo está perdido. Viene de muy lejos y le han quitado todo.-dijo este girándose hacia su madre.

-Si, ya lo he escuchado...es un arrogante y muy maleducado como lo era el maldito de tu padre... No me extraña que se desiciesen de él- susurró tajante la omega, sin importarle que el alfa la escuchase.

El alfa los observó con atención desde la cama y luego miró sus pies, le dolían mucho pero no quería rebajarse a pedirles ayuda, ni suplicar por comida pues el orgullo era más fuerte, aunque estuviese muriéndose por dentro.

El omega volvió a sonreírle y a continuación fue a la cocina para coger un poco de los huevos revueltos, algo de pan y café en una bandeja y acto seguido se lo dejó en la mesilla al lado de la cama.

-Coma algo, debe estar hambriento.

Lejos de darle las gracias o sonreírle, el alfa solo chasqueó la lengua y giró la cara.

-Aquí huele mucho a ti, ¿ésta es tu habitación no?

-Si, señor.-contestó el omega-...Todo lo que poseo está aquí.

-¿Y dónde has dormido?

-Yo he dormido en el sofá. No es muy cómodo pero no disponemos de otra cosa, además es mucho mejor que el frío suelo. Ande, coma algo, deberá estar fuerte para recuperar lo que es suyo.

Mew miró entonces la bandeja pensando en lo sorprendentes que eran aquellos desconocidos pues el jamás hubiese recogido a un desconocido, ni le habría curado las heridas.

Tampoco lo habría alimentado y por supuesto que no le habría cedido su cómoda cama para luego irse a dormir al sofá, como había hecho aquel omega.

Definitivamente el alfa estaba comprobando que los habitantes de Inglaterra eran muy diferentes a los que había conocido en Bangkok, aunque también pensó que eran bastante estúpidos y muy confiados con los desconocidos.

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