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POV. NATALIA

- Voy a ir a por algo de cenar.- Nos dijo mi padre. 

Mis abuelos estaban los dos en quirófano, en estado grave. 

Así que estábamos una parte de la familia en la sala de espera del hospital. 

Todos nerviosos y susceptibles, que a la mínima saltábamos. 

- No! Mejor de aquí a un rato.- Dijo Elena. 

- Eso eso, que ahora no hay hambre.- Le apoyó mi hermano. 

- Habla por ti, yo me muero de hambre.- Dije. 

- Venga, que voy a por bocatas.- 

- Que no papá, espérate media hora, que no viene de ahí. A las once vas.-

- A las once es muy tarde Elena.- Dijo mi tía. 

- No es tan tarde, porque si tenemos que estar aquí toda la noche mejor cenar tarde.- Dijo mi hermano. 

¿Y a estos dos que les ha picado ahora? 

- Voy yo contigo papá, que necesito que me de el aire y fumar.- Dije levantándome. 

- Que no, que aun no.- 

- ¿Pero que os pasa a vosotros dos?- Les preguntó mi madre. 

- Que no tenemos hambre, que es mejor esperar.- Dijo Santi. 

- Bueno pero os podéis comer el bocata cuando queráis, pero los demás si tenemos hambre.- Les dije ya medio enfadada.

¿Están tontos o que? 

- Que no Natalia, que no.- 

- Vaya par de gilipollas macho. Venga vámonos.- Le dije a mi padre. 

- Sí, vamos.- 

- Que no, que os quedéis.- Dijo Elena cogiéndonos del brazo. 

- ¿Tronca pero que te pasa?- Dije ya cabreada. 

- Que no podéis ir.- Dijo Santi. 

- ¿Por qué?- Preguntó el hermano de mi abuela. 

- Es que no os estamos entendiendo...- Dijo mi tío. 

- Que no podéis ir aún y punto.- Dijo Santi sentándonos en las sillas. 

- Joder tío que pesados.- Les dije de mala gana. 

- Os la estáis jugando, que no está nadie para vuestras tonterías.- Les dijo mi padre, claramente enfadado. 

- Vamos papá.- Dije volviéndome a levantar. 

Pero algo me hizo frenar. 

Más bien alguien. 

- Hola.- 

- ¿Alba?- 

- Os traigo la cena.- Dijo Alba levantando una bolsa. 

- Y por eso no podíais ir a por la cena.- Dijo Elena sonriendo. 

- ¿Qué haces aquí?- Le pregunté. 

Estábamos todos en shock, menos mis hermanos claro. 

- ¿Y tu eres...?- Dijo el hermano de mi abuela.

Claro, el no sabía quien era Alba. 

- Es Alba, mi... amiga.- Le dije. 

- Encantado, yo soy Federico, el hermano de su abuela.- Dijo dándole dos besos. 

- Encantada.- Dijo Alba sonriendo. 

Si esto es un sueño que no me pellizquen por favor. 

- ¿Cómo que has venido Alba?- Le preguntó mi madre. 

la bajistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora