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POV. ALBA

- Alba! Alba! Despierta!- 

Joder. 

¿Qué hora era? 

- Albi.- Dijo Natalia dándome besos por toda la cara. 

- ¿Qué quieres?- 

- Despiértate.- 

- Ya estoy despierta.- 

- A ver, abre esos ojitos.- 

- Eres una pesada.- Dije mientras abría los ojos y se me escapaba una sonrisa al verla tan cerca. 

- Buenos días.- 

- Para quien los tenga. ¿Qué te pasa que estás tan hiperactiva?- 

- Es que se me acaba de ocurrir una cosa.- 

- Miedo me das.- 

- Ya se han ido todos al hospital.- 

- Joder, haberme despertado antes.- 

- No pero es que nosotras no vamos a ir al hospital, no aún.- 

- ¿Dónde quieres ir tu ahora? Un domingo.- 

- A buscar a Amalia.- 

- ¿Qué dices?- Dije incorporándome de golpe. 

- Que tetas más bonitas.- Dijo Natalia. 

Miré abajo y efectivamente estaba sin camiseta, y la manta para abajo. 

- Perdón.- Dije cogiendo la manta para taparme. 

- No, mejor así.- Dijo Natalia bajando la manta otra vez. 

- Nat...- 

- Bueno, el caso es que quiero darle una sorpresa a mi abuela. Me han dicho que ha pasado la noche súper bien, y la han subido a planta, pero sigue en observación, pero como está consciente y muy pesada la han sacado de la UCI. Entonces la idea es ir a por Amalia y llevarla al hospital.- 

- ¿Sabes donde vive?- 

- Sí, he estado investigando.- 

- Pues nos duchamos y vamos. Que ilusión jope.- 

- Pero tenemos que pensar como convencerla en el caso de que diga que no.- 

- Bueno, ya pensaremos algo.- 


POV. NATALIA

- Estoy nerviosa.- Le dije a Alba bajando del coche. 

- Y yo.- Dijo Alba entrelazando nuestras manos. 

- Ai.- 

- ¿Qué pasa?- 

- Que me has dado la mano.- 

- Perdón.- Dijo Alba quitando la mano. 

- No, no. Si lo decía en plan bien, me gusta.- Dije sonriendo. 

- Ah vale.- Dijo riendo y volviendo a entrelazar nuestras manos. 

- Es aquí.- 

- Picamos.- Dijo Alba pulsando el timbre. 

- No me sueltes que sino me desmayo.- 

- No te suelto.- Dijo soltando una carcajada. 

- Si eh.- 

- Hola.- Dijo una señora mayor abriendo la puerta y mirándonos con curiosidad. 

- ¿Eres Amalia?- Le pregunté. 

la bajistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora