Capítulo 11

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29 de marzo, 2022

Natasha:

I came across a fallen tree —canto junto a la música de mis auriculares—. I felt the branches of it looking at me.

El fino pincel sigue delineando sobre el lienzo. Mezclando tonos, formando otros al hacer un bello degrades. Dándole los últimos detalles que creo necesarios e indispensables.

Is this the place that I've been dreaming of? —sigo cantando, aunque no me escuche al tener la música tan alta.

Últimamente la casa ha sido invadid por música las veinticuatro horas del día y a un volumen en el que ni mis propios pensamientos pueda escuchar.

Tengo suerte que mis vecinos jamás se quejan del ruido ya que las paredes son muy buenas y mantengo las ventanas cerradas.

No vas a poder huir siempre.

Lo sé, pero me tomo mi debido tiempo.

Sé que, si la música desaparece, mi mente comenzará a hacer presencia y temo que no sea bueno. Y odio pedir ayuda. Así que sé que voy a tener que arreglármelas sola. Por lo que yo voy a decidir cuándo.

La canción acaba y mi cuadro está terminado.

Doy un paso atrás admirando la totalidad. Y veo de reojo que entra Ammbar a la habitación, por lo que le pongo pausa a la canción que iba a comenzar.

—Me encanta —dice a mi lado viéndolo.

—A mí también —digo satisfecha con mi obra.

—¿Tiene nombre? —la miro con una sonrisa—. Claro que tiene nombre —responde sola su pregunta al ver mi mirada, haciéndome reír un poco.

— Se llama El amor como un terremoto.

—¿Por qué? —pregunta confusa y le respondo mientras miro el cuadro.

—Porque pasan por lo mismo —sé que debió entender menos, así que comienzo a explicarme—. Unas señales te hacen entrar en alerta; un gesto, una palabra, una acción, buscas qué hacer. Tu corazón latiendo cada vez con más rapidez. Y cuando sucede, todo en ti se sacude como un terremoto. Entras en pánico, buscas refugio, en personas. Muros empiezan a derrumbarse por lo que la otra persona te genera y te hace sentir, y cuando se derrumban los muros que creías más fuertes y duros, sabes que no hay vuelta atrás y estás perdida, sin salida. Sólo queda esperar que salga todo lo mejor posible. Porque hasta los más mínimos movimientos sabes que van a terminar de derrumbar todo a tu alrededor y no hay más salida que caer rendida a lo que puede salir de esa situación.

Hay un silencio. No dice nada, solo mira el cuadro encontrándole el sentido a lo que digo.

—Un terremoto de amor. Que puede destruir todo. Y no sabes si eso es bueno o malo hasta que avanzas en el peligro de los escombros que esa persona ocasionó en ti. Y en todo lo que habías construido algún día y no dudo en derrumbar para entrar en ti.

Acabo con eso y libero mis pensamientos en palabras, cuando creí que no podría. Sonrío orgullosa de mí misma el poder haberlo podido expresar de la manera correcta.

—Eso es... —dice suave—. Increíble...

La miro con una sonrisa.

—¿Sí? —sus ojos brillan y su sonrisa hacia mí es enorme.

—¡Claro que sí! —su abrazo me deja casi sin aliento, lo que me hace reír cuando me suelta—. ¡Feliz cumpleaños! —volteo los ojos luego de ser sacudida por los hombros con ese último grito.

Intencional (#2 Trilogía Tratos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora