Capítulo 15

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20 de abril, 2022

Axel:

Ayer, cuando Natasha se calmó y se desahogó, se quedó dormida. La alcé y la traje a su cama. Me quede a un lado para confirmar que esté bien y nada le pase, pero en un momento ella se dio la vuelta y me abrazó.

Pensé en irme, pero sus brazos se aferraron a mi cintura y no me permitieron moverme.

Tampoco es que estuviese incómodo... pero no sé si ella va a querer despertarse así.

Me quedo mirando la pantalla del televisor al que le quité el sonido para no molestarla. Su cabeza apoyada en medio de mi pecho, sus brazos en mi cintura y sus piernas enredadas con las mías.

No es la primera vez que dormimos así. Pero este es otro contexto. Uno demasiado diferente.

Mi mano se pasea por su brazo en suaves caricias inconscientes. Mi mente no presta atención a lo que mis ojos están viendo en la pantalla, sólo estoy tratando de procesar lo que sucedió ayer.

Sabía que su relación con su ex pareja había sido desastrosa, pero no sabía nada de lo que me contó. Jamás pregunté porque no era algo que me correspondía a menos que ella quisiera contarme. Pero cada vez que seguía la historia, era cada vez mayor el enojo y rabia que me generaba.

Y a la vez, más comprensión sentía.

El miedo que siempre sintió. Miedo a conectar y que termine siendo igual a su ex pareja. Miedo a volver a ser manipulada. Miedo a volver a sentirse vulnerable y débil. Miedo a abrirse.

Jamás supe la razón de tanta frialdad. La razón de porqué se cerraba tanto con todos y jamás permitía que vean a la real Natasha.

Su ex pareja la maltrató tanto que se prometió no volver a permitir eso en su vida. Sólo que lo cumplió alejando a todos. Y no sé si eso sea realmente una buena manera.

Es por todo eso que cada vez que conectábamos más allá de lo sexual, se alejaba de repente. Porque se asustaba.

Mierda, por qué no lo supe antes, podría haberla comprendido y tratar de ayudarla de una mejor manera. Una más consciente.

La siento removerse y me quedo quieto.

¿Qué va a pasar ahora?

No tengo idea.

Veo como de a poco abre los ojos y se percata de la situación. Con lentitud se despega de mí y se queda viendo el techo con los ojos entrecerrados, acostada sobre su espalda a mi lado.

—Buen día —digo con suavidad.

—Buen día —me corresponde en un hilo de voz.

Se sienta en el borde de la cama y se queda unos segundos así hasta que toma impulso para levantarse e ir al baño.

Mi cabeza da vueltas y vueltas sobre lo que va a pasar ahora que me contó todo.

Mientras Natasha está en el baño dándose una ducha, pido el desayuno. Y uno bien cargado ya que ambos nos salteamos la cena anoche al estar durmiendo.


Ambos en silencio.

Con la mesa llena de comida y bebidas de desayuno. Es una de las pocas veces que la veo desayunando algo más que sólo fruta y café.

No es un silencio incómodo. Sino uno de espera. Uno en donde dejamos que nuestros cerebros procesen las palabras antes de largarlas.

Además, ambos estamos devorando la comida del hambre que teníamos. Por lo que, luego de saciar nuestro apetito, es cuando todo se calma y Natasha al fin me mira a los ojos.

Intencional (#2 Trilogía Tratos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora