Capítulo 20

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26 de mayo, 2022

Axel:

Me termino de abrochar la camisa color vino, ya que Natasha me dijo que iba a utilizar algo de este color y admito que me gusta combinar, y busco el perfume para colocarme en las zonas adecuadas.

Me miro al espejo, satisfecho con el resultado y aun un poco aturdido por toda esta situación.

A veces aún me cuesta procesar que todo esto esta pasando de verdad. Desde que la conocí a Natasha que quiero saber más de ella, conocerla. Cuando más la conocí quería ser más que amigos, pero jamás me había dado la posibilidad, incluso me peleaba hasta en lo más mínimo y no entendía porqué.

El día que nos encerraron y tuvimos una pelea que terminó en sexo, pensé que seria diferente, pero empeoró.

Hasta que llegamos hasta aquí, jamás pensé que Natasha sería capaz de hacer todo esto solo para demostrarme que le gusto, me demuestra día a día que se arrepiente de todo el daño que nos causamos por evitar lo que sentía.

Siempre hay un mensaje, siempre hay un regalo que me llega al trabajo de su parte con una nota deseándome una buena jornada. Yo sabía que en el fondo era una persona dulce y que no la dejaba salir con facilidad, y siempre fue mi fantasía que la sacara conmigo, pero jamás pensé que seria a este nivel.

Igualmente se nota que a veces le cuesta ciertas cosas, no es de palabras dulces siempre ni de estar pegados como chicles. Pero se nota su esfuerzo y que necesita su tiempo para seguir avanzando.

Tomo las llaves del auto y me dirijo hacia él para ir a buscarla ya que vamos a cenar.

Aunque siempre me pregunto qué somos ahora, sé que esa pregunta la incomoda o la hace poner nerviosa, así que voy a darle un tiempo y respetar que por ahora no tenemos título y me conformo con no ser solo amigos y poder conocer a la verdadera Natasha que no tiene un escudo de frialdad siempre.

Obviamente hay muchas cosas que yo quisiera hacer con ella, pero que aún no hacemos porque sé que es muy pronto y la verdad es que no veo la hora de preguntarle si somos novios o qué quiere que seamos. Pero me aguanto y no digo nada.

Y como costó mucho llegar hasta acá, no voy a preguntarle ya que no quiero presionar, no quiero tirar por la borda todo este avance.


Toco el timbre de su casa y no pasa ni un minuto que la puerta se abre dejándome mudo cuando la veo.

Lleva un vestido color vino oscuro y suelto, pero que marca con sutileza su cintura. Tiene un corte recto y apretado en los pechos, acentuándolos aún más, no tiene tiras y lleva su cabello negro suelto con sus ondas naturales y ese flequillo que atrae la atención a sus ojos cafés que resaltan por una suave sombra alrededor. Sus labios llevan un brillo rojizo suave y sus piernas se hacen kilométricas con unos tacones negros.

No hace que sea fácil esto de no acostarnos.

Porque entiendo por qué no quiere que aún tengamos sexo, ya que por mucho tiempo ella misma me decía que solo me quería por eso, pero que ahora es diferente.

Pero realmente se me vuelve muy difícil no querer hacérselo hasta el amanecer cuando es tan preciosa.

Mi imaginación me tortura al punto en que no solo mi cuerpo se calienta por su atractivo, sino que siento una erección creciendo con fuerza principalmente cuando sus ojos se achinan al sonreírme de esa manera tan hermosa que tiene.

—Hola... —dice divertida cuando ve que no digo nada y solo la miro.

—Estas deslumbrante... —ríe y se acerca hasta colocar sus manos sobre mi pecho y solo levanta la mirada unos centímetros para verme a los ojos sonriéndome.

Intencional (#2 Trilogía Tratos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora