Gay Panic |Chaesoo| Editando.

CAPITULO 100

Abandonar lo que se ama nunca es fácil y precisamente una vez más Rosie sintió que su vida iba de mal en peor, pues no encontraba razones ni respuestas en absolutamente nada, y precisamente así fue desde el instante en que Jisoo se ausentó de su vida, por lo tanto, esa noche tomó lo primero que pudo del hogar que con mucho esfuerzo y dedicación habia construido junto a su esposa y se marchó con las demás sin dudar ni ver atrás, cerró la puerta de su casa y una vez más se lamentó el haber tomado las decisiones que hoy la llevaban a huir junto a su familia, no podia retroceder, pues no habia lugar en la tierra dónde le valiera esconderse para que alguien no la reconociera, pero a pesar de ello, decidió continuar y aferrarse a la idea colectiva que mantendria a su esposa y a su hija a salvo.

Estados Unidos pareció ser la mejor salida que encontro la familia para alejarse lo máximo posible del infierno y las amenazas que recibieron en Seúl luego del arrestó de Minwoo, por lo que decidieron mudarse a Manhattan, al extremo sur de Central Park a uno de los rascacielos residenciales de Billionaires Row; allí tanto Rosé y los Manoban Kim se apoderaron de un penthouse con el objetivo de empezar una nueva vida. Ahora bien, en otra parte de la ciudad, Jisoo era resguardada por innumerables guardias que estaban junto a ella dia y noche en el mejor hospital que encontro su esposa para sus cuidados, el Hospital Presbiteriano, reconocido por ser el número uno de Nueva York, y esa fue precisamente la razón principal que llevo a la rubia a elegir a Manhattan como residencia, ya que con los mejores especialistas tratando a su hija y a su esposa, ella estaria mucho más tranquila desempeñando su carrera, y asi fue, pues a medida que el tiempo pasó, tanto Jennie, Lisa y sobre todo Rosé afianzaron su éxito en diferentes estamentos; Lisa y su esposa empoderaron sus franquicias y ahora ya no habia lugar en el mundo donde no se encontrara una empresa de Lili's Fims, por otro lado, Jennie no solo siguió con su carrera como modelo, sino que tambien incursionó en la música, esta vez con ayuda de Rosé, pues la ultima, se dedico a cantar y escribir, y en el transcurso hizo un par de canciones junto a su cuñada. Transcurrió un año y dos meses, y el éxito musical y artístico que alcanzó Rosé fue exorbitante; sus canciones alcanzaron la cima y ahora era mucho más famosa que antes. Le iba de maravilla en su carrera, pues era muy reconocida en el medio y las ofertas de trabajo no se detenían. Desde otro punto de vista, también conoció muchas personas nuevas y su grupo de amigos creció bastante, así como lo hizo su hija, por lo que ya no se sentía tan sola como antes. Gracias a que Haneul ya había crecido lo suficiente cuando abandonaron Seúl, el acoplarse a su nuevo hogar junto a su madre no supuso una barrera para ella, pues resultó siendo una niña muy saludable, y gracias a que Rosé siempre contaba con personal médico valorandola casi a diario, Haneul logró superarse y mantenerse con vida. La pequeña Kim era la única luz que iluminaba a su madre y así mismo era su compañía más grande; pues Rosie jamás dejaba a su hija de lado, sin importar si tenía que viajar mucho o trabajar todo el día, Haneul siempre se encontraba junto a ella. La rubia amaba a su hija por encima de todo, tanto así, que la cuidaba cual copito de nieve, cualquier cosa alteraba a la madre primeriza y justamente por eso, debía tener a su hija a su vista las veinticuatro horas del día para mantenerse tranquila, no obstante, en algunas ocasiones que requerían mayor esfuerzo, ella decidía no llevarla porque sus seguidores y la prensa suponían demasiado para que la pequeña estuviera cómoda, entonces entraba en juego Irene, quién siguió a la familia de sus hijas sin pensarlo por el amor a ellas y a sus nietos, especialmente hacia Haneul, quien le recordaba demasiado a su hija menor y precisamente por eso, ella la cuidaba con mucho anhelo y cuidado imaginándose la época en la que Jisoo aún era una bebé.

En el tiempo que todos estuvieron enfrascados en sus proyectos personales y en su familia, Jisoo siguió dormida, aún no despertaba y tanto su esposa como sus amigas decidieron aceptarlo, dejando de lado la impaciencia y los reproches hacia la vida, pues la presión que ejercían sobre la pelinegra era demasiada y ella ya no podía ser el brillo en sus vidas, por lo que por ahora cada uno debía buscar su propia luz para que el día en que ella decidiera despertar todo estuviera cubierto de diferentes arcoiris.