~ La Segunda Esposa ~ Benimaru X Lectora ~

Parte 20

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¿Puedes imaginar el día que el ser humano sintió amor? A medida que crecemos satisfacemos las necesidades prioritarias: comer, dormir, respirar. Nos cuidan si estamos en la infancia y nos volvemos fuertes, si somos débiles morimos. Estudiamos y aprenderemos a vivir, ¿En que momento entró el amor? Se ha convertido en un mero capricho de las clases y anécdotas imposibles romantizadas en libros para señoritas, y morbo para los hombres.

~En mis pensamientos~

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—Señora, pronto será el festival Hytkje, ¿No le parece si vamos?

—El festival ¿Eh? ... Sería bueno asistir, pocas veces fui, me encanta como se inundan los colores azules y negros de la noche que chocan contra las llamas naranjas y rojas de las antorchas, aunque, estás obviando un hecho Ayaka.

—¿Cuál es mi señora?

—Soy la regente de este castillo, el duque me ha confiado esto y no a los criados de mayor rango. Tengo que estar acorde del deber.

—Mis disculpas, la he visto tan atrapada que se me ocurrió esta idea.

—No te preocupes, yo también quisiera ir. Ya han pasado cinco meses desde que mi esposo se fue, no hay fe ni religión en este castillo, pero mis pensamientos siempre están en la victoria y en qué el duque regrese sano y salvo.

—Son pocas las personas que igualan al duque, mi señora y ninguna de esas personas están en los infernales.

—Cambiando de tema, como ha estado la situación en la cocina, ¿Se arregló ya el inconveniente de la comida?

—Si señora, los estafadores ya fueron llevados a la corte y la gente del duque hará el resto, no hay problemas.

—Eso está bien, dentro de una hora llama al contador para el pre-

Toc toc toc

—Señora, lamento interrumpir— dijo la voz que había golpeado la puerta— ha llegado una carta del señor Konro para usted.

Recibe la carta, Ayaka.

Si, señora.

Ella se fue a la entrada y al abrir la puerta vio a una niña de cara pecosa con la mirada baja, llevaba costuras en la falda del uniforme, significa nueva criada. La torpe niña se fue tropezandose como si hubiera visto al diablo, la inexperiencia nos hace ver tan mendigos...

En silencio volvió hacia mi y entregando la carta se fue, debe ser la hora de la comida, creo.

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